Jueves, 7 de agosto de 2008 | Hoy
EL MUNDO › UN GOLPE PUSO FIN A DIECISéIS MESES DE LIBERTADES
Por Ignacio Cembrero *
Desde Madrid
La democracia duró dieciséis meses en Mauritania. “Miembros de la Guardia Presidencial detuvieron al presidente, sobre las nueve de la mañana, en su residencia y al primer ministro en su despacho”, relataba al teléfono Abdoulaye Mahmadou Ba, que hasta el miércoles fue portavoz del jefe del Estado, Sidi Ould Cheikh Abdallahi, de 70 años.
Un grupo de militares, encabezados por el general Mohamed Ould Abdel Aziz, de 52 años, jefe de la Guardia Presidencial, dio ayer un golpe de Estado incruento en la única democracia norafricana. El poder civil fue sustituido por un Consejo de Estado castrense que encabeza Aziz, pero cuya composición no ha sido develada. “En el salón, en la cocina hay centinelas armados”, señalaba alarmada Amal, la hija del presidente, en conversación telefónica con Radio Francia Internacional (RFI). “No puedo salir de la residencia. La línea de la centralita ha sido cortada”, añadía hablando a través del móvil.
“Sí, han cortado las comunicaciones de la presidencia y de la residencia presidencial y hasta se han incautado del móvil de la esposa del presidente”, confirmaba Ba con voz estremecida. Su jefe, el primer ministro y el titular de Interior habían sido trasladados a un cuartel mientras que sus colaboradores eran expulsados de sus despachos.
La policía clausuró también la sede del Partido Nacional para la Democracia y el Desarrollo (PNDD), la formación que apoya al presidente. Varios edificios públicos estaban custodiados por el ejército que patrullaba también por las principales arterias. Para Ba sólo cabe una explicación al golpe: “El presidente acababa de promulgar un decreto en el que nombraba a nuevos jefes de la Guardia Presidencial, de la Guardia Nacional y del Estado Mayor y son justamente esos tres oficiales los que se han sublevado”. Aziz está al frente de la Guardia Presidencial desde hace veinticuatro años y en enero fue ascendido a general por el presidente.
La primera decisión de los golpistas consistió en hacer público un comunicado, leído por la radio y la televisión cuando volvieron a emitir, en el que abrogan el decreto presidencial. Las calles de Nuakchot estaban semivacías, según residentes extranjeros en la capital. Un centenar de partidarios del presidente se manifestaron en el centro, pero fueron disueltos por la policía con gases lacrimógenos.
Abdallahi llegó al poder en abril en 2007 tras ser elegido presidente, con el 52,85 por ciento de los sufragios, en la segunda vuelta de unas elecciones tachadas de modélicas por los observadores internacionales. Con su victoria concluía una transición de casi dos años promovida por el coronel Ely Ould Mohamed Vall, que se retiró a su casa tras entregar el poder a los civiles. Vall se encontraba de viaje en Qatar.
En el haber del depuesto presidente figuran la ley que criminaliza la esclavitud, que se practica aún a escondidas, y la puesta en marcha, en colaboración con la agencia especializada de Naciones Unidas, de un programa de retorno de los 20.000 mauritanos de raza negra violentamente expulsados a Senegal a finales de los ochenta.
* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.
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