EL MUNDO › LA CRISIS SOBREVOLó EL úLTIMO DEBATE DE CARA A LAS ELECCIONES DEL CUATRO DE NOVIEMBRE EN ESTADOS UNIDOS

McCain no pudo despegarse del legado de Bush

Rezagado en las encuestas, el senador de Arizona se mostró agresivo y buscó pintar a Obama como un extremista, pero el senador de Illinois no mordió el anzuelo y usó la pésima imagen de Bush para golpear a su rival republicano.

Los estadounidenses esperaron anoche el último debate de la campaña con la ansiedad de ver un golpe por knockout. Sin embargo, los dos aspirantes a la Casa Blanca se mostraron rígidos y técnicos al hablar sobre sus planes para solucionar la crisis económica.

McCain fue más agresivo y acusó a Obama de todo tipo de votaciones y asociaciones poco felices. Pero no contestó la pregunta que se hacen millones de norteamericanos: ¿en qué sería distinta su política económica de la de la administración Bush? Sólo con eso, el senador de Illinois emparejó los tantos y hasta sacó ventaja. Mientras el republicano insistió con la vieja receta del goteo y sólo propuso recortes impositivos, Obama se mostró más a tono con los tiempos al defender ciertos gastos y la necesidad de un paquete de incentivos para reactivar la economía.

El republicano debía arrasar, siendo que va por debajo en los sondeos y es el principal golpeado por la crisis económica. El de ayer fue el tercer y último debate cara a cara, tres semanas antes de la votación del 4 de noviembre. Tuvo lugar en la Universidad de Hofstra, en Long Island, Nueva York.

En el escenario decorado de azul, rojo y blanco –los colores de la bandera estadounidense y también de los partidos– sentados a ambos lados de una mesa, frente a un periodista moderador, Bob Schieffer, en otro día negro para Wall Street, repasaron sus planes para capear la crisis.

McCain buscó diferenciarse del presidente saliente Bush. “La codicia de Wall Street y del gobierno dejaron víctimas y éstas están enojadas con razón. Tenemos soluciones a corto y largo plazo. De 700 mil millones de dólares, destinaremos la mitad para comprar las hipotecas que no puede pagar la gente.”

“Ambos queremos recortar los impuestos”, contestó Obama. Pero agregó que los millonarios y las grandes empresas están en condiciones de pagar más y deberían hacerlo. Dijo que eliminará los impuestos a las ganancias para los que ganan menos de 50.000 dólares anuales. También habló de bajar los costos de los seguros de salud para las familias y las empresas, y de crear millones de nuevos empleos invirtiendo en fuentes de energía renovable.

Además aseguró que el rescate que ambos partidos votaron es un primer paso, pero que él piensa en la clase media. “Necesitamos empleo, recorte de impuestos para los que ganan menos de 120 mil dólares al año y ayuda para los dueños de casas que necesitan renegociar hipotecas”, dijo el demócrata.

Según Obama, la propuesta económica de McCain significaría una transferencia de 200 mil millones de dólares a las empresas más acaudaladas. “Yo, en cambio, le cortaré impuestos al 95 por ciento de las familias trabajadoras”, remató.

A su vez McCain dijo que su rival aumentaría los impuestos hablando al plomero “John”, el imaginario empleador de una pequeña empresa. En uno de sus ataques más agresivos, McCain dijo que la premisa de Obama es la “guerra de clases” y él en cambio quiere defender las pequeñas empresas que crean empleos. Minutos más tarde volvió a la carga cuando criticó a Obama por no criticar a Hugo Chávez.

Si Obama necesitaba mostrarse cómodo, seguro y sin errores, McCain debía ganar el debate de forma muy evidente, dado que él va 14 puntos abajo en los sondeos y los votantes no lo ven como el que capeará el temporal. McCain había prometido que “azotaría el ya saben qué” de Obama.

Sin embargo, fueron pocos los intercambios.

McCain habló directamente a la cámara de sus planes “para sacar el país hacia adelante”, y una vez más puso énfasis en su “experiencia y liderazgo”. Y le recordó que su rival no aceptó la invitación a compartir foros comunitarios en la campaña.

Obama replicó que la política de los últimos años no trajo soluciones y lo invitó a hablar de otros temas, como la salud, la energía y la inmigración.

Según explicó la Universidad Hofstra, los dos candidatos habían pedido salidas de aire acondicionado sobre ellos, seguramente para evitar que los focos de la televisión los hicieran transpirar y ofrecieran una mala imagen ante las cámaras. Los dos candidatos dedicaron todo el día de ayer a prepararse para el ida y vuelta de anoche. Obama pasó tres días en Ohio, en un rancho, con sus asesores. McCain y su equipo de campaña estuvieron en el Hilton Garden Inn en Plainview, cerca de Long Island, Nueva York, fuera de la vista del público durante todo el día de ayer. El resultado final fue discreto.

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Fue un debate un poco más áspero que los anteriores y una vez más la diferencia se notó al hablar de la agenda económica.
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