Viernes, 31 de octubre de 2008 | Hoy
EL MUNDO › UNA SERIE DE EXPLOSIONES PROVOCO 61 MUERTOS
Doce bombas detonaron en ciudades y pueblos del estado de Assam, donde desde hace años existe una insurgencia separatista. Hubo más de trescientos heridos.
Una serie de bombas combinadas causó la muerte y el terror en el estado de Assam, en el nordeste de India, matando a 61 personas y dejando a más de 342 heridas. Por lo menos una docena de dispositivos fueron detonados en ciudades y pueblos en todo el estado, famosos por sus plantaciones de té. Automóviles y ómnibus quedaron incendiados y los cuerpos yacían desparramados después de la matanza.
Cinco explosiones golpearon a la capital del estado, Guwahati, matando a 25 personas, dijo Subhash Das, un alto funcionario del Ministerio de Interior. Otras once resultaron muertas en el distrito de Kokrajhar y otras doce murieron en la ciudad de Barpeta. En Guwahati, “el barrio era un hervidero de gente, empleados de oficinas, comerciantes y vendedores ambulantes cuando se oyó una gran explosión”, explicó Arindam Das, que hacía su compra en el mercado. “He visto al menos seis cuerpos y más de 30 personas ensangrentadas en la calle”, añadió.
Sobrevivientes que vivieron escenas de pánico y heridos que eran trasladados a los hospitales en medio de vehículos calcinados. Una de las explosiones arrasó un mercado de frutas en Guwahati, según la agencia Press Trust of India. La mayor explosión se registró en una zona de alta seguridad, delante del tribunal departamental de la ciudad, donde murieron cinco personas, cuyos cuerpos quedaron “carbonizados e irreconocibles”, según el comisario adjunto de la policía de Assam, G.P. Singh. “No hemos determinado la naturaleza exacta de las explosiones ni quién podría estar detrás de estos atentados. Estamos demasiado ocupados con las operaciones de rescate”, precisó Singh.
Hasta anoche nadie se había adjudicado la autoría de los atentados, que ocurrieron alrededor de las 11.30, pero hubo mucha especulación sobre el tema. Assam es un lugar donde hace años que existe una insurgencia separatista y también hubo anteriores ataques con bombas por las que se culpó a los militantes islámicos del vecino Bangladesh, con quien comparte una frontera. Los rebeldes separatistas acusados de perpetrar los atentados negaron su implicación en los ataques. “No estamos de ninguna manera implicados en las explosiones”, declaró en un comunicado el Frente Unido de Liberación del Assam (ULFA, por sus siglas en inglés), que lucha por la independencia de esa región desde 1979. La ministra regional de Sanidad, Himanta Biswa Sarma, había dicho a la prensa que las sospechas sobre la autoría de los ataques apuntaban al ULFA.
Los canales de televisión mostraban a gente tirada en las calles con sus ropas empapadas en sangre. Los cámaras enfocaban los restos de automóviles y motocicletas carbonizados. Aquellos que podían caminar eran asistidos hasta las ambulancias por la gente local y la policía.
“Estaba haciendo compras cerca del tribunal cuando escuché tres o cuatro fuertes explosiones. Las vidrieras se destrozaron y nos tiramos al suelo cuando el edificio comenzó a sacudirse”, dijo H. K. Dutt, que resultó herido por una explosión en Guwahati. “Me paré y vi fuego y humo que salía y miré para abajo y vi sangre en mi camisa y me di cuenta de que estaba herido.” Inmediatamente se impuso un toque de queda en Guwahati. Varios habitantes, furiosos por la falta de medidas de seguridad antiterroristas en la ciudad, atacaron autobuses y coches de policía.
El nordeste de India forma un enclave entre Bután y China por el norte, Birmania por el este y Bangladesh por el oeste. Los estados indios de Manipur, Nagaland, Assam, Meghalaya, Tripura y Mizoram son, en diversos grados, escenario de insurrecciones separatistas y violencias intercomunitarias que desde la independencia de India en agosto de 1947 dejaron unos 50.000 muertos.
Las hostilidades en el estado de Assam, famoso por sus plantaciones de té, han causado 10.000 muertos en la última década. Mucha de la gente indígena está étnicamente más cerca de Burma y China que del resto de la India. La guerrilla del ULFA, que ha estado luchando por la independencia de su patria durante décadas y que antes contaba con bastante apoyo, perdió el respaldo de la población desde que los atentados causaron numerosas víctimas civiles. No resulta claro con cuánto apoyo cuentan, ya que sostienen que el gobierno federal en Delhi se apropió de los recursos minerales y forestales de la región y no le dio el desarrollo adecuado para el pueblo de Assam. Con 26 millones de habitantes, Assam concentra un cuarto de inmigrantes procedentes de los otros estados de la Unión Federal India, entre ellos 800.000 indios del vecino Bihar.
El primer ministro, Manmohan Singh, condenó duramente los ataques y dijo confiar en que “el pueblo de India se levantará unánimemente contra estos intentos de acabar con la paz y la armonía y de destruir nuestro orden social”.
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