Viernes, 7 de noviembre de 2008 | Hoy
EL MUNDO › EN UN CLIMA DE PROTESTAS, EL PRESIDENTE PARAGUAYO SE REUNIO CON LOS CAMPESINOS
El ex obispo se comprometió a concretar la tan prometida reforma agraria y a remover la Corte Suprema y al fiscal general de la Nación. Pero tendrá que negociar con la oposición para poder iniciar en el Congreso los juicios políticos.
Por María Laura Carpineta
El presidente paraguayo, Fernando Lugo, hacía ayer malabares para contener la bronca de los sin tierra. Después de un miércoles teñido de represión y protestas, el ex obispo se reunió durante horas con los campesinos. Les pidió paciencia y se comprometió a realizar sus dos reclamos; concretar la tan prometida reforma agraria y remover a la Corte Suprema y al fiscal general de la Nación. “El presidente está totalmente de acuerdo”, le dijo a este diario el senador oficialista Carlos Filizzola, después de salir de la reunión con el ex obispo. Pero el compromiso del mandatario no es suficiente. Tendrá que negociar con la oposición para conseguir los dos tercios que necesita en ambas Cámaras para iniciar los juicios políticos contra toda la jerarquía judicial.
En la Plaza Italia, en el centro de Asunción, más de seis mil campesinos esperaban anoche impacientes la respuesta del presidente. Hace dos días llegaron a la capital para apurar a su hombre en el gobierno. Acamparon en la plaza y el miércoles marcharon hacía el Ministerio Público para pedir la renuncia del fiscal general y los jueces de la Corte, a quienes consideran cómplices de la represión de los grandes hacendados.
Desde el final de la dictadura de Alfredo Stroessner y hasta 2005, 75 dirigentes campesinos fueron ejecutados, dos desaparecieron y más de siete mil fueron procesados por protestar, según un informe de la organización de derechos humanos paraguaya Codehupy. Anteayer, como en las viejas épocas coloradas, la policía reprimió a los campesinos. Lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos y después repartieron bastonazos y balas de goma al por mayor. El saldo fueron 62 campesinos y 19 policías heridos.
Lugo no repudió abiertamente la represión, pero al día siguiente les abrió la puerta de la residencia presidencial a los dirigentes campesinos. “Nosotros sabemos que Lugo está tomando coraje. Quiere apoyarnos, pero en el Congreso está rodeado de gente del antiguo régimen. Estamos acá para pedir cambios, pero también para apoyar a nuestro presidente”, explicó al teléfono Pedro Caballero, presidente de la Coordinadora de Productores Agrícolas del departamento de San Pedro, desde la Plaza Italia. Está entre enojado y emocionado. Por primera vez, dice, los cambios parecen posibles. “Pero no será fácil. Lugo está muy sólo en el gobierno”, agregó el dirigente campesino.
Caballero y los otros campesinos que anoche aguardaban esperanzados saben que sus reclamos fueron durante mucho tiempo los reclamos del ex obispo. Lugo saltó a la escena nacional en 2006, cuando lideró una marcha masiva en Asunción contra la Corte Suprema “adicta” al entonces presidente Nicanor Duarte Frutos. Más tarde, en su campaña electoral, hizo de la reforma agraria el pilar de su futuro gobierno. Prometió recuperar las tierras adquiridas ilegalmente durante la dictadura y redistribuir miles de hectáreas a sus compañeros en la lucha campesina.
El mes pasado los sin tierra decidieron que había que dar un empujón al nuevo gobierno y reactivaron las invasiones. En San Pedro, la cuna política de Lugo, algunas voces radicales amenazaron con expulsar a todos los brasiguayos, como se conoce a los terratenientes brasileños que controlan, junto con las transnacionales, el gran negocio sojero. En la última década, Paraguay se instaló como el cuarto exportador mundial, dejando grandes dividendos para los latifundistas y pocas tierras para los campesinos. Actualmente el uno por ciento controla más del 80 por ciento de las hectáreas cultivables del país.
Ayer Lugo se reunió con sus ex colegas del clero. Los obispos de todo el país le recordaron la desesperante situación de miles de campesinos y el mandatario les presentó el paquete de medidas que acordó con los sin tierras. “Vamos a agregar en el presupuesto nacional un plan de contingencia social. Mientras avanzamos con el catastro, vamos a dar asistencia médica, educativa y técnica a los sectores más débiles. Además, el gobierno está dispuesto a comprar tierras para redistribuir”, explicó el senador luguista Carlos Filizzola.
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