Martes, 25 de noviembre de 2008 | Hoy
EL MUNDO › OBAMA PRESENTó A SU EQUIPO Y ANUNCIó INVERSIONES EN SERVICIOS SOCIALES E INFRAESTRUCTURA
Timothy Geithner irá al Tesoro, Larry Summers al Consejo Económico Social, Christina Romer presidirá el Consejo de Asesores Económicos y Melody Barnes dirigirá la Oficina de Política Interior. Ellos deberán diseñar el paquete económico que anunció Obama.
Por Antonio Caño *
Desde Washington
El presidente electo de EE.UU., Barack Obama, prometió ayer, al anunciar a los principales integrantes de su equipo económico, que la prioridad de sus primeros días de gobierno será la aprobación de un “gran paquete de estímulo”, una gigantesca inyección de dinero público en infraestructuras y servicios sociales, que permita remontar una crisis que calificó “de proporciones históricas”. La elaboración de esta inyección de inversión pública es la primera tarea encargada por el presidente electo al equipo económico anunciado ayer. Por encima de todos, Timothy Geithner, próximo secretario del Departamento del Tesoro. Junto a él, formados ayer a las espaldas de Obama en una conferencia de prensa en Chicago, Larry Summers, que estará al frente del Consejo Económico Nacional; Christina Romer, que ocupará la presidencia del Consejo de Asesores Económicos, y Melody Barnes, que dirigirá la Oficina de Política Doméstica.
Geithner, actual presidente de la Reserva Federal, aporta, entre otras muchas cosas, su larga experiencia en el manejo de crisis financieras. Gran conocedor de Wall Street, sabe desde ahora mismo qué bancos están bien y cuáles están mal, en qué negocios vale la pena poner dinero y cuáles están ya quebrados irremediablemente –¿en qué lado quedará la industria del automóvil?–. Va a ser el secretario del Tesoro con la chequera más generosa desde la Segunda Guerra Mundial y también el más poderoso desde entonces sin contar con la tremenda responsabilidad que caerá sobre sus espaldas.
Summers, ex secretario del Tesoro, suma su autoridad como una de las mejores cabezas económicas del país. No le queda muy a la zaga Christina Romer, una profesora de Berkeley, que probablemente es la mayor experta nacional en la Gran Depresión, un conocimiento muy útil en estos tiempos. Barnes, actual vicepresidenta del Centro para el Progreso de América, pone el acento social en este equipo. Se encargará de incluir entre las prioridades económicas las necesidades en materia de educación, salud o combate a la pobreza.
Obama destacó el lunes, entre algunas de las virtudes que se le reconocen a Geithner, su conocimiento del mundo. “La realidad –recordó– es que la crisis económica a la que hacemos frente no es sólo una crisis americana, es una crisis mundial y necesitaremos acercarnos a otros países para conseguir una respuesta internacional.” Al próximo secretario le van a resultar, por tanto, muy útiles sus conocimientos de mandarín y el recuerdo de sus años vividos en China y la India.
Pero el presidente electo puso especial acento en el hecho de que Geithner haya trabajado con éxito tanto para gobiernos republicanos como demócratas. “Si queremos salir adelante, tenemos que olvidar las divisiones partidistas y trabajar juntos”, señaló.
Los nombramientos anunciados el lunes, que probablemente se ampliarán en los próximos días con los de Peter Orszag como director de la Oficina de Presupuesto, y Bill Richardson como secretario de Comercio, confirman el tono centrista que Obama está imponiendo en su administración.
Tanto Geithner como Summers pueden ser considerados como seguidores de la línea marcada por James Rubin, otro ex secretario del Tesoro, que representa la visión del ala económica liberal dentro del Partido Demócrata. Obama dijo a ese respecto que, aunque la prioridad ahora es el estímulo económico, mantiene la ambición de bajar impuestos y equilibrar el déficit público a medio plazo.
En su conferencia de prensa de ayer, Obama no quiso precisar la cantidad exacta del paquete económico ni otros detalles del plan, pero pidió al nuevo Congreso, que comenzará sus funciones el próximo 6 de enero, que se lance aceleradamente a la discusión de esa propuesta para que el presidente la pueda firmar en cuanto llegue a la Casa Blanca, el 20 de enero.
El presidente electo aseguró que la urgencia es tal que “no se puede perder ni un minuto” y anticipó que en las próximas semanas se irán conociendo algunos ingredientes de esa iniciativa, que pretende atajar tanto el origen de la crisis actual, la explosión de las hipotecas basura, cuanto sus consecuencias, el desplome de la actividad económica.
“Ahora nuestra economía está atrapada en un círculo vicioso: la tempestad en Wall Street obliga a apretarse el cinturón a las familias y a las empresas y, en la medida en que éstas consumen menos, los problemas en los mercados financieros se hacen más profundos”, afirmó.
Obama no restó ningún dramatismo a la situación actual. Advirtió que “si no se actúa con prontitud y acierto, el año próximo se perderán millones de puestos de trabajo”. Reconoció que “no existen atajos ni soluciones fáciles” para el caos generado. Y alertó de que “es posible que la economía todavía se ponga peor antes de ponerse mejor”. “La recuperación no será inmediata”, pronosticó.
El próximo presidente mostró, no obstante, plena confianza en que su administración será capaz de sacar esta situación adelante. El primer intento será el de un multimillonario paquete de estímulo, que diferentes economistas y expertos calculan entre los 500.000 y los 700.000 millones de dólares, una cantidad similar a lo que ha costado hasta ahora la guerra de Irak. Si a esa cifra se suma lo que esta administración está gastando ya en el rescate de Wall Street (otros 700.000 millones de dólares) queda una cantidad en torno del billón y medio de dólares, que todavía puede ser sólo una primera parte de lo que este país tenga que dedicar a hacer frente a esta verdadera hecatombe.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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