El encuentro del sábado entre el presidente francés Nicolas Sarkozy, y el Dalai Lama generó malestar en el gobierno de China. “Interfiere de manera grave en los asuntos internos de China y ha herido duramente los sentimientos del pueblo chino”, señalaron en un comunicado de prensa sobre el encuentro entre el presidente de turno de la Unión Europea (UE) y el líder espiritual tibetano.

El viceministro de Asuntos Exteriores chino, He Yafei, transmitió hoy al embajador de Francia en China, Hervé Ladsous, sus protestas al respecto. “El gobierno chino se opone de manera firme y protesta enérgicamente por esta acción”, declaró Yafei. Tras conocerse la intención de Sarkozy de entrevistarse con el Dalai Lama, el gobierno chino decidió aplazar la cumbre UEChina que debía celebrarse esta semana en Lyon, Francia.

Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores chino instaron a Sarkozy para que considere seriamente las preocupaciones chinas y que adopte una actitud adecuada para corregir su error. Para los medios del país asiático, la reunión “Sarkozy-Dalai Lama” ha obstruido el proceso de diálogo, cooperación e intercambio entre China y la UE.

Mientras tanto, el gobierno de Francia espera que su relación con China no se vea afectada pese al malestar generado en Beijing por el encuentro del jefe del Estado francés con el Dalai Lama. “El presidente se había comprometido a ver al líder espiritual del Tíbet y siempre cumple sus compromisos”, dijo ayer la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, en referencia a la reacción de las autoridades chinas.

Por su parte, el líder espiritual de los budistas tibetanos en el exilio felicitó ayer a Sarkozy. “Las buenas relaciones, las relaciones amistosas con China son muy importantes. Pero ello no significa que se puedan olvidar los principios”, declaró el Dalai Lama.

China invadió el Tíbet en 1950 y el Dalai Lama huyó al exilio nueve años después, tras un levantamiento frustrado contra el gobierno chino. Desde entonces ha vivido en la India y viaja alrededor del mundo para promover su causa, mientras continúa siendo reverenciado por el pueblo tibetano y proscrito por las autoridades chinas.