Desde Río de Janeiro

Nicolas Sarkozy escogió Brasil, y concretamente Río de Janeiro, para su último viaje oficial como presidente de la Unión Europea para sellar con el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva una serie de importantes acuerdos bilaterales entre Francia y Brasil. Sarkozy, a quien acompaña su esposa, Carla Bruni, confió a Lula que “Europa quiere caminar de la mano de Brasil”. En línea con esto, el mandatario francés pidió un asiento permanente para Brasilia en el Consejo de Seguridad de la ONU. Entre los acuerdos que serán firmados, se prevé la construcción, en Brasil, de 50 helicópteros con tecnología francesa que serán usados por la fuerza aérea brasileña. En el campo de la defensa ha sido confirmada la compra por parte de Brasil de cuatro submarinos convencionales de tipo Scorpenes, además de la de un submarino movido a propulsión nuclear. Según fuentes del gobierno francés, una parte de dichos submarinos será construida en Brasil. Lula ha insistido últimamente en que Brasil necesita recuperar también prestigio en el campo de la defensa. Los submarinos tendrían entre otras tareas la de defender las aguas donde Brasil tiene los grandes yacimientos de petróleo.

Ambos países, Brasil y Francia, van a trabajar juntos también en el área de la educación, para un cambio de experiencias en proyectos de cursos de formación profesional, una de las grandes lagunas de este país. Precisamente, el ministro de Educación brasileño, Fernando Haddad, acaba de anunciar que la enseñanza de segundo grado, que en breve deberá ser obligatoria, será “profesionalizante”. Y Brasil espera recibir de Francia experiencias en este campo.

Otras áreas de posibles acuerdos entre ambos países además de la defensa y la educación serán el medio ambiente y la energía nuclear. Sarkozy va a pedir al gobierno brasileño en nombre de la Unión Europea una disminución de los gases contaminantes a través de una lucha mayor contra la desforestación de la Amazonia, una de las causas fundamentales de dicha polución ambiental. Cada año se producen en la Amazonia más de 20.000 incendios dolosos.

El presidente de Francia defendió ayer en su encuentro en Río con su colega brasileño que Brasil ocupe un asiento fijo en el Consejo de Seguridad (CS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que es el gran deseo de Lula. Sarkozy fue enfático: “Brasil no es una potencia de mañana. Es una potencia de hoy y Europa quiere trabajar de la mano de Brasil”, afirmó. El presidente francés, que recordó que la Unión Europea ama a Brasil, puntualizó: “También nosotros, en Francia, amamos a Brasil, pero lo queremos demostrar con acciones de acuerdos comunes”.

Según Sarkozy, Brasil será fundamental en 2009 en el combate a la crisis económica mundial. En este aspecto de la crisis económica, ambos presidentes se encontraron a su gusto criticando a los “especuladores de turno”, causantes según ellos de la crisis mundial, cuya culpa recae, según Lula, en un 60% sobre los Estados Unidos. Para Sarkozy el mundo necesita hoy sobre todo de verdaderos empresarios. “Ya no queremos un mundo de especuladores, queremos un mundo de empresarios, y para cambiar el mundo tenemos que unirnos. Europa sola no será capaz de llevar a cabo dicho cambio”, afirmó, subrayando que Europa necesita de Brasil.

Lula, por su parte, abordó ante el presidente de la Unión Europea el delicado tema de si la crisis mundial se va a poder resolver con más Estado o con más empresa. “Yo no defiendo la idea de que el Estado se entrometa en la economía para demostrar que entiende de administración de empresas, pero si el Estado no será el inductor del desarrollo, si no tendrá fuerza y mecanismos para controlar cuando llega una crisis como ésta, no existe banco ni empresario que no se vuelva para la figura del Estado y pregunte: ¿Y qué vamos a hacer ahora?”, afirmó Lula.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.