Martes, 23 de diciembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › EL MACRISMO CONSIGUIó EL APOYO DE LA CC PARA APROBAR EL PRESUPUESTO
La CC negoció con Macri levantar sus manos para sancionar el presupuesto: aprobará el aumento del gravamen de Ingresos Brutos a las actividades financieras a cambio de que se sume otro al juego. El PRO seguía negociando con ibarristas y telermanistas.
Por Werner Pertot
Pasará, pasará, pero el impuestazo quedará en el olvido. El macrismo conseguirá aprobar el Presupuesto 2009 con los votos de la Coalición Cívica. No podría sacar, en cambio, la mayoría de los nuevos impuestos que impulsó el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, lo que implica su primera derrota legislativa. La CC le aprobará el aumento del gravamen de Ingresos Brutos a las actividades financieras a cambio de que se sume otro al juego, pero no respaldará ningún otro aumento. Los macristas negociaban con los telermanistas y con el bloque que dirige Aníbal Ibarra, que aportarían su voto para algunos impuestos más. “Desde la oposición le bajamos el impuestazo y le estamos poniendo condiciones: no aceptamos impuestos a la producción y al consumo”, sostuvo el ex jefe de Gobierno.
El Presupuesto 2009 nació entre polémicas: vino al mundo junto con un aumento de impuestos a los Ingresos Brutos y al Sello –el más conocido era el de las tarjetas de crédito– y con críticas de la oposición por la disminución relativa del gasto en las áreas sociales. Las audiencias de defensa de las cuentas que protagonizaron los ministros fueron turbulentas como pocas, pero lo que selló la suerte de la ley macrista fue que Macri resolvió no aprobar el convenio del juego con el gobierno nacional. Esto rompió el acuerdo que existía con el bloque del Frente de la Victoria, que le permitió al PRO avanzar con diversas leyes a lo largo del año. A eso se sumó el escándalo de los votos dobles, que fracturó la relación entre el líder de PRO y su tropa. Algunos legisladores sienten que Macri los trató como a Juan Carlos Blumberg cuando se supo que no era ingeniero.
Roto el acuerdo con los K, las negociaciones de los macristas con la CC, el ibarrismo y los telermanistas consumieron todo el día de ayer y seguían al filo de la madrugada. Mientras la líder de la CC, Elisa Carrió, advertía en público que no iban a dejar “sin presupuesto a la ciudad”, pero que no aprobarán “ningún aumento a los impuestos de los ciudadanos”, el jefe de la bancada de la CC, Enrique Olivera, condicionó su apoyo a los legisladores macristas a la inclusión de un impuesto al juego.
Los macristas aceptaron: se gravará el juego con un 8 por ciento de Ingresos Brutos. Otros bloques tenían dudas sobre la iniciativa: es posible que la Justicia lo anule, porque implica cambiar las condiciones del contrato de las concesionarias, que pagan regalías. “Aceptaron el impuesto al juego y en algunos impuestos quieren insistir. Fijamos nuestra posición y que ellos hagan lo que quieran”, soltó a este diario Olivera, cuando ya estaba entrada la noche.
La CC acordó votar el Presupuesto 2009 y el impuesto a las actividades financieras y bancos –que subirá del 4 al 5 por ciento–, pero hasta ahora no acompañaría ningún otro. “Queremos ayudarlos a sancionar el Presupuesto para contribuir a la gobernabilidad, pero no a costa de los vecinos. Espero que lleguemos a un acuerdo, que todavía no está alcanzado”, explicó Olivera. También consiguieron que reduzcan el endeudamiento previsto para el año próximo.
Además, los cívicos reclamaron que reduzcan el crecimiento estimado de 3 a 1,5 por ciento y que en vez de 12 de inflación, prevean un 14 por ciento. Los macristas no aceptaron estos cambios, pero evaluaban las otras sugerencias de los lilitos: la más notoria es que revalúen los terrenos de Catalinas norte que piensan vender a menos de la mitad de su valor real.
En el altar de la negociación con la CC, los macristas ya sacrificaron el impuesto a las tarjetas, pero mantienen el resto.
Para lograr que se apruebe alguno más, el bloque PRO seguía avanzando en un acuerdo con el bloque telermanista, que votaría los impuestos que “no afecten al consumo”. El vicepresidente primero, Diego Santilli, abrió una línea de negociación con Ibarra, cuyo bloque no estaría dispuesto a votar el Presupuesto, pero sí los gravámenes a bancos, fideicomisos, a la construcción en zonas pudientes y a la primera venta de productos importados. “Es una derrota política del macrismo, que no puede imponer su impuestazo. Tendrá que dejar de lado la idea de que sólo se puede gobernar con una caja llena de recursos”, se divertía Ibarra.
Otro que estaba exultante era el jefe del bloque K, Diego Kravetz, que se pasó toda la semana pasada vaticinando un pacto entre la CC y PRO.
“Otra vez, de espaldas a la sociedad, Carrió y Macri les suben los impuestos a los porteños, así como hicieron con el ABL”, sostuvo.
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