Jueves, 22 de enero de 2009 | Hoy
EL MUNDO › OPINION
Por Michael Moore
Queridos amigos,
¡Qué día feliz!
Luego de atravesar la Edad Media, aquí estamos, en uno de los momentos con mayor carga emotiva que la historia haya presenciado. Barack Obama es nuestra esperanza más grande para tratar de hacer las cosas bien, para tratar de curar el alma de este país y para tender una mano al resto del mundo que contenga una rama de olivo en lugar de un garrote.
Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a cada uno de ustedes por hacer este día posible. Para muchos, la época de locura que acaba de pasar no empezó hace ocho años, sino hace 20, aquel trágico día en que Ronald Reagan juró como presidente para luego desmantelar nuestro tan querido “gobierno del pueblo” así como nuestra forma de vida.
Para todos ustedes quienes alzaron sus voces y se hicieron oír, que escribieron cartas y marcharon por la paz en todas partes del mundo, que nunca se rindieron: ustedes son los héroes. Muchos de ustedes sufrieron grandes pérdidas económicas. Algunos vieron a sus seres queridos partir en barcos hacia guerras absurdas y brutales en el otro lado del planeta, y muchos vivieron para volverlos a ver ya sin vida. Han sido tiempos duros.
Pero el sol volvió a salir. El infame presidente saliente se fue por la puerta lateral de la historia y ahora seguramente se encuentra en su rancho en Crawford, Texas, listo para venderlo como set hollywoodense y así instalarse en algún barrio exclusivo de Dallas. Me hubiera gustado que, antes de dejar el mando, Bush hubiese emitido un último indulto: el suyo propio y el de Cheney, Rumsfeld y toda la pandilla por todos los crímenes que cometieron desde el 2001 hasta la fecha. Demasiadas leyes fueron violadas; una guerra fue lanzada en nombre de una mentira. Ahora, lo único que necesitamos es justicia.
Es nuestro deber seguir adelante y arreglar el tremendo lío que armamos. Tenemos suerte de tener un nuevo presidente que es inteligente y comprometido a servir a su país. Les pido a todos que se tomen un momento y piensen en qué podemos ayudarlo a que haga mejor su trabajo. Estamos todos juntos en esto. Nuestro país viene de ser destrozado por una administración que decidió violentar la Constitución estadounidense como pocas veces para, finalmente, antes de irse, tratar de robar la mayor cantidad de dinero posible para sus amigos de Wall Street.
Aquí va mi ruego: no dejemos a Obama solo para arreglar tremendo lío. El ya tomó juramento; tomemos uno todos nosotros para tratar de trabajar más duro y así poner fin a estas guerras, implementar un servicio de salud gratuito y universal, salvar al planeta combatiendo el cambio climático, terminar con la pobreza, mejorar la educación y, además, recuperar nuestro gobierno para que éste sea del y para el pueblo, en lugar de y para los lobbistas, banqueros y vendedores de armas.
Finalmente, y como nota al pie, quiero decirles que, si bien no es ningún secreto la avalancha de ataques y odio que recibí por hacer mi trabajo, hoy prefiero callarlas, porque hoy es un día para celebrar, para ser optimistas y tener esperanzas. Otro día les contaré acerca de ello. Simplemente estoy contento de que estemos aquí para vivir este momento.
Les agradezco a todos por su constante apoyo y defensa de la democracia.
Sinceramente, Michael Moore.
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