Viernes, 20 de marzo de 2009 | Hoy
EL MUNDO › MILITARES ISRAELíES ADMITIERON ABUSOS A CIVILES DURANTE LA OPERACIóN EN CONTRA DE HAMAS
Las historias de asesinatos y allanamientos arbitrarios no son nuevas pero, por primera vez, desde la ofensiva que dejó más de 1400 palestinos muertos, se escuchan de boca de los soldados israelíes.
Lo denunciaron los palestinos, las organizaciones humanitarias internacionales y, ahora, los propios soldados israelíes. “Hubo asesinatos a sangre fría”, reconoció la semana pasada un joven soldado raso, durante una asamblea en su academia militar. Esta semana el diario local Haaretz publicó extractos de los relatos de algunos de los jóvenes que en enero pasado tuvieron que suspender sus estudios para ir a pelear en la Franja de Gaza. Las historias de asesinatos y allanamientos arbitrarios no son nuevas, pero por primera vez, desde la ofensiva que dejó más de 1400 palestinos muertos y más de cinco mil heridos, se escuchan de la boca de militares israelíes.
“El clima en general, desde lo que yo percibí de la mayoría de los soldados con los que hablé, es que... ¿cómo explicarlo? Digamos que la vida de los palestinos es algo menos importante que la vida de nuestros soldados”, aseguró otro militar, a quienes el diario israelí mantuvo en el anonimato. Otro contó que cuando le preguntó al líder de su división si no estaban violando las reglas de combate, él lo desestimó fácilmente. “Debemos matar a todos los que se quedan en el centro de Gaza. Todos aquí son terroristas”, le contestó el oficial.
Según el soldado que reprodujo el diálogo, no importaba que la Franja estuviera sellada hacía meses y que no hubiese lugar a dónde escapar y esconderse. “No da la impresión, al escuchar a los oficiales, de que lo que dicen tiene alguna lógica, pero nadie dice nada. Escriben ‘Muerte a los árabes’ en las paredes y escupen sobre las fotos familiares sólo porque pueden hacerlo. Creo que eso es lo más importante: entender cuánto las fuerzas armadas israelíes fallaron en el campo ético. Eso es lo que más recuerdo”, agregó.
Algunas de las historias confirman, casi palabra por palabra, las denuncias de las familias de las víctimas en Gaza que, debido al bloqueo mediático de Israel durante la invasión, llegaban en cuentagotas durante la invasión. “Entramos a una casa y encontramos una familia; la pusimos en una habitación. Después nos fuimos y vino otra división. Unos días después llegó la orden de dejar ir a la familia. Ya habíamos instalado nuestras posiciones en el techo de la casa, un francotirador.”
“El jefe de la división dejó ir a la familia y les dijo que salieran hacia la derecha. Una madre y sus dos hijos no le entendieron y fueron hacia la izquierda. Pero como se habían olvidado de avisarle al francotirador, éste hizo lo que debía hacer...”, contó uno de los soldados. El francotirador mató a la madre y a sus dos hijos. “No creo que se sintiera mal por eso, después de todo, hasta lo que sabía estaba siguiendo órdenes”, agregó.
Los relatos publicados en Haaretz impulsaron a otros soldados a contar sus verdades. “Cuando entrábamos en una casa debíamos tirar la puerta y empezar a disparar adentro y subir piso a piso. Yo a eso le llamo asesinato. En cada piso, identificábamos a una persona y le disparábamos, yo me preguntaba: ¿Cómo puede esto tener sentido?”, relató un soldado, en un artículo publicado ayer por el diario israelí Yediot Aharonot. Otro militar se animó a ser una autocrítica personal. “En Gaza hicimos cosas que diez días antes nos hubieran parecido horribles y que en aquellos momentos, con los bombardeos y viendo a los compañeros heridos, nos parecían normales”, señaló un soldado, que pidió no revelar su nombre.
Según relató el director del curso preparatorio para ingresar a la Academia Oranim, las confesiones de los alumnos los tomó totalmente por sorpresa. “Esperábamos tener una discusión sobre la guerra, en la que oiríamos sobre experiencias personales y lecciones de los soldados, pero no esperábamos los testimonios que escuchamos. Nos quedamos absolutamente conmocionados”, aseguró Dani Zamir, quien inmediatamente le entregó una transcripción de la asamblea al director de Educación de las fuerzas armadas, Eli Shirmeister.
Desde el gobierno se mostraron igual de sorprendidos y, en algunos casos, hasta indignados. “Tenemos el ejército más ético del mundo”, contestó, molesto, el ministro de Defensa, el líder laborista Ehud Barak. “Pasé docenas de años usando el uniforme. Sé lo que pasó en Yugoslavia, Afganistán e Irak, y les digo que desde el jefe del Comando Conjunto hasta el soldado raso, el ejército más ético del mundo siempre cumple las órdenes del gobierno de Israel.”
Como sucedió con el resto de las denuncias internacionales –que abarcaron desde organizaciones sociales palestinas hasta la ONU–, el gobierno israelí minimizó los crímenes y responsabilizó a algunos individuos. “No tengo dudas de que cada caso individual será investigado”, repitió ayer Barak.
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