Los presidentes de Venezuela e Irán inauguraron ayer el primer banco binacional en una ceremonia en la que declararon la defunción del capitalismo mundial. En contraposición a la cumbre del G-20, Hugo Chávez y Mahmud Ahmadinejad se bautizaron como el “G-2, el nuevo eje revolucionario”. En una conferencia de prensa anunciaron que el nuevo banco tendrá un capital inicial de 200 millones de dólares, que aportarán los dos gobiernos en partes iguales. La proyección es aumentarlo a 1200 millones de dólares en los próximos años, informó el mandatario iraní. Según su par venezolano, será dinero invertido en proyectos de infraestructura, no como el paquete de ayuda al FMI y el BM, recién aprobado por el G-20 en Londres. “Decidieron fortalecer a uno de los grandes culpables de la crisis, el FMI”, criticó Chávez, quien anoche partía para Japón, su última parada antes de llegar a China.