EL MUNDO › AL MENOS 95 PERSONAS MURIERON EN UN ATAQUE A CAMIONES CISTERNA CERCA DE KUNDUZ

Masacre de la OTAN en Afganistán

La OTAN inicialmente insistió en que todos los muertos eran insurgentes talibán. Más tarde, después de airadas protestas de los residentes y funcionarios locales, reconocieron que había civiles entre los muertos.

 Por Kim Sengupta y David Usborne *

Desde Kabul

Las fuerzas occidentales se encontraron ayer envueltas en una amarga controversia después de los ataques aéreos de la OTAN a dos camiones cisterna secuestrados por los talibán en el norte de Afganistán. Esto condujo a una matanza que dejó 95 muertos, docenas de ellos civiles. La mayoría de los que perecieron murieron quemados. La OTAN inicialmente insistió en que todos los muertos eran insurgentes talibán. Más tarde, después de airadas protestas de los residentes y funcionarios locales, reconocieron que había civiles entre los muertos. Los heridos fueron llevados al hospital central en Kunduz en ambulancias, taxis, tractores y carros. Sentado en un corredor del hospital, Ghulam Yahya sollozaba: “Mi hermano fue quemado cuando el avión bombardeó los tanques, no sé si está vivo o muerto”.

El ataque al pueblo de Haji Aman, a unos once kilómetros de Kunduz, no podía haber llegado en un momento más difícil en Afganistán, con un enojo intenso por las muertes de civiles y un choque cada vez más fuerte entre el presidente Hamid Karzai y Washington sobre la discutida elección nacional. El actual presidente se ha quejado repetidamente por las muertes de civiles antes que los militantes secuestraran los vehículos. Un avión teledirigido fue enviado a rastrear a los vehículos. Lo que sucedió luego no queda claro.

El comandante de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, general Stanley McChrystal, se contactó anoche con Karzai para decirle que se comprometía a investigar el incidente. Las preguntas que surgían específicamente eran en qué forma lo que sucedió en Kunduz se condice con las órdenes emitidas por el general McChrystal de que no pueden autorizarse ataques aéreos salvo que primero se confirme que no hay posibilidad de muertes civiles, o que las fuerzas aliadas están en peligro inminente. La directiva es parte de la nueva estrategia del general para “proteger a la gente”.

La matanza y la pelea subsecuente también tienen lugar contra el telón de fondo del menguante apoyo a la guerra afgana en Europa y Estados Unidos, y Gordon Brown obligado ayer a defender la presencia continua de tropas británicas. Las muertes ocurrieron también justo 24 horas después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, negara que la guerra en Afganistán se estaba “escurriendo entre los dedos de la administración”. Además desestimó las sugerencias de que era tiempo de sacar a las tropas estadounidenses de Afganistán y luchar la guerra sólo con ataques aéreos y aviones no tripulados. “La idea de que uno pueda conducir una clase de campaña contraterrorista, y hacerlo a la distancia, simplemente no está de acuerdo con la realidad”, dijo Gates.

Mientras el presidente Barack Obama lee un informe del general Stanley McChrystal sobre cómo recalibrar la guerra, también sabe que el apoyo público a la guerra está disminuyendo rápidamente. Una encuesta de CNN esta semana mostró que el 57 por ciento de los estadounidenses ahora se opone a la guerra.

Las Naciones Unidas expresaron su “profunda preocupación” por lo que había sucedido. Peter Galbraith, el segundo de la misión de la organización a Afganistán, dijo: “Se deben tomar medidas para examinar lo que sucedió y por qué se usó un ataque aéreo en circunstancias en que era difícil determinar con seguridad que no había civiles presentes”.

Dos miembros del Parlamento locales dijeron que los sentimientos en contra de las fuerzas extranjeras eran muy altos en el área. “Estamos muy disgustados; un montón de gente común resultó muerta”, dijo Mohamed Amin Qaneh. “¿Por qué tuvieron que bombardear los tanques? ¿La OTAN le pone un precio más alto al petróleo que a la sangre? Queremos justicia; queremos que los responsables sean castigados.” Un compañero parlamentario, Qaari Niamtullah, continuó: “Todos están muy enojados y el talibán explotará esto para conseguir apoyo”.

La gente local dijo que los secuestradores se habían encontrado con dificultades cuando llegaron al río Kunduz en el cruce de Haji Aman, y les dijeron a los del pueblo que tomaran el diésel que quisieran. En ese momento sucedió el bombardeo. Según los funcionarios alemanes, las cámaras del avión no tripulado no mostraban presencia de civiles.

Más tarde un vocero de la OTAN, el brigadier general Eric Tremblay, dijo: “Parece que muchos heridos civiles están siendo evacuados y tratados en los hospitales locales. Quizás hay una relación directa con el incidente que ocurrió con los dos camiones cisterna”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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