Miércoles, 21 de octubre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › DOS MESES DESPUéS DE UNOS COMICIOS SEñALADOS DE FRAUDULENTOS EN AFGANISTáN
Los auditores de la ONU para la elección afgana despojaran al presidente Hamid Karzai de casi un tercio de sus votos. Ante ese escenario, el mandatario accedió a un ballottage con su rival, Abdulá Abdulá.
Por Julius Cavendish *
Desde Kabul
Dos meses después de que el pueblo de Afganistán emitiera su voto para elegir presidente, Hamid Karzai finalmente cedió a la intensa presión internacional y desganadamente acordó una segunda vuelta para el mes que viene. Washington, Londres y París, todos elogiaron su calidad de estadista para acordar una segunda vuelta el 7 de noviembre con su rival, Abdulá Abdulá. Nadie mencionó el amplio fraude que provocó que los auditores de la ONU para la elección despojaran a Karzai de casi un tercio de sus votos. Parado al lado del líder en Kabul, el senador estadounidense John Kerry lo felicitó por transformar “un momento de enorme incertidumbre en una gran oportunidad”.
Sin embargo, mucho permanece incierto. Hay todavía serias preguntas sobre cómo organizar una segunda vuelta en menos de tres semanas, con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, admitiendo que sería un “desafío enorme”. Dijo en Nueva York: “Hemos aprendido lecciones muy valiosas pero dolorosas de la primera elección. No debemos repetir lo que hicieron la última vez”.
Pero hay serias dudas de que el fraude que plagó la elección del 30 de agosto –cuando las urnas estaban colmadas y los votos excedían el número de votantes registrados en algunos lugares– pueda ser eliminado la próxima vez. Más de 200 funcionarios electorales corruptos fueron despedidos, pero la Comisión de Elección Independiente ha estado tan ocupada en las disputas sobre los resultados de la primera vuelta que no ha hecho prácticamente nada para asegurar que los miles de personas que necesitará para encargarse de los centros de votación sean más eficientes o imparciales que los de la última vez.
Anoche, los diplomáticos todavía no habían descartado un trato entre Karzai y Abdulá que evitaría la necesidad de una potencialmente debilitada segunda vuelta. El anuncio de ayer de una fecha para la segunda vuelta fue demorado durante varias horas mientras que las discusiones sobre compartir el poder se estiraban, pero los diplomáticos dijeron que las partes no pudieron encontrar suficiente terreno común. Un diplomático de la ONU dijo que las conversaciones entre los dos candidatos se reanudarían hoy. La resolución de la Comisión Electoral Independiente afgana redujo los votos de Karzai en la primera vuelta a un 49,7 por ciento, más abajo de los resultados preliminares de 54,6 por ciento y debajo de los 50 por ciento necesarios para una categórica victoria.
Como pashtun, el grupo étnico más grande de Afganistán, Karzai está casi seguro de ganar la segunda vuelta, aunque la apatía de los votantes probablemente reducirá la presencia en las urnas, y la sombra del fraude en la primera vuelta persistirá. Un trato con Abdulá no sólo evitaría el dolor de cabeza logístico de que el voto esté organizado antes de que el invierno cierre los pasos en Afganistán, pero puede también quitar el incentivo para que los talibán lancen una nueva ola de ataques así como permitirle a Barack Obama decidir si manda más tropas estadounidenses para estabilizar el país.
“El mensaje de la comunidad internacional es, por el bien del pueblo, llegar a un tipo de acuerdo”, dijo un diplomático occidental en Kabul. Karzai se veía incómodo ayer en la conferencia de prensa, flanqueado por el más alto diplomático de la ONU en Afganistán, Kai Eide, y el senador estadounidense John Kerry, responsable de extraer las concesiones de Karzai en conversaciones que se extendieron hasta tarde en la noche del lunes y continuaron ayer.
Karzai elogió el patriotismo que llevó a sus compatriotas a votar a pesar de la intimidación de los talibán, incluyendo una amenaza de amputar los dedos manchados de tinta, pero casi no mencionó como posible el giro que él había dado. El dolor de cabeza más grande del presidente para lograr un trato con Abdulá es acomodar los intereses de una tapicería de señores de la guerra y patoteros que él coleccionó a su alrededor cuando hizo su apuesta por una reelección. Muchos, como Ismail Khan, el gobernador de Herat, o el general Abdulrashid Dostum, un abusador serial de los derechos humanos con muchos antecedentes de cambiar de bando, sólo lo apoyaron en el último minuto. Si creen que Karzai es incapaz de entregarles el poder que quieren, podrían abandonarlo.
Mientras Abdulá está fortalecido por su progreso hacia la segunda vuelta y sabe que está en una posición fuerte para negociar, él también estará bajo presión. Abdulá le dijo a la BBC: “Una segunda vuelta es exactamente lo que quiero”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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