Miércoles, 6 de enero de 2010 | Hoy
EL MUNDO › UN DOBLE AGENTE FUE EL QUE ATACó LA BASE DE LA CENTRAL EN AFGANISTáN
Arrestado hace más de un año en Jordania como sospechoso de Al Qaida, Al Balawi luego convenció a las agencias de inteligencia jordana y estadounidense de que estaba listo para infiltrarse en el grupo terrorista.
Por David Usborne *
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) se preparaba ayer para una nueva andanada de preguntas sobre su eficacia. Según se informó, el hombre que se detonó en la principal base operativa en Afganistán el 30 de diciembre, que causó la muerte de siete personas, había sido reclutado por Estados Unidos, pero se trataba de un doble agente.
Fue el ataque más sangriento contra la CIA por alguno de los suyos, en más de 25 años. El atacante suicida, que al principio se pensó que era un descontento soldado afgano, fue identificado como Humam Khalil Abu Mulal al Balawi, un médico de 32 años de Jordania. En la explosión en la base de Operación Chapman de la CIA en Afganistán oriental también murió su responsable jordano, Ali bin Zaid, un alto funcionario de inteligencia de Jordania y primo del rey Abdullah. La CIA no identificó a las víctimas de sus filas, algunos de los cuales eran agentes mientras otros pueden haber sido contratistas.
Tampoco la CIA hizo comentario público alguno sobre el ataque, cuyos detalles estaban emergiendo anoche. Pero un alto funcionario de inteligencia le dijo anónimamente al diario The Washington Post que no quedaría sin respuesta. “La agencia está determinada a seguir con sus operaciones agresivas de contraterrorismo”, dijo el funcionario. “El ataque de la semana pasada será vengado. Algunas malas personas pasarán un mal momento.”
Los miembros de la familia dijeron que Al Balawi había estado trabajando como médico en un campo de refugiados palestinos en Jordania cerca de Zarqa, que curiosamente también es el hogar de Abu Musab al Zarqawi, el líder de Al Qaida que fue muerto en Irak en 2006. Dijeron que Al Balawi les había dicho a amigos hace unos meses que se iba a estudiar a Turquía. Pero parece que la familia y los amigos no fueron los únicos a los que Al Balawi engañó. Arrestado hace más de un año en Jordania como sospechoso de ser simpatizante y operador de Al Qaida, Al Balawi luego convenció a la agencia de inteligencia jordana de que estaba listo para cambiar de lado e infiltrarse en el grupo terrorista. Con el tiempo, los estadounidenses aparentemente también se convencieron de que había cambiado de lado.
Para persuadirlos, Al Balawi suministró a los jordanos y a la CIA lo que los oficiales han llamado “inteligencia comprobable” sobre Al Qaida en más de una ocasión.
Que continuara escribiendo mensajes pro jihad en sitios web asociados con Al Qaida, y hablando públicamente de su apoyo a la jihad armada, aparentemente no les causó sospechas a los agentes occidentales, quizás porque presumían que lo hacía para construir su propia cobertura como doble agente. La misión específica de Al Balawi era ayudar a los estadounidenses a rastrear al número dos de Al Qaida, Ayman al Zawahiri. Aparentemente se tomaron precauciones mínimas cuando Al Balawi, acompañado por Bin Zaid de Jordania, viajó a los cuarteles de la CIA en la provincia de Khost la semana pasada, después de indicar que tenía información importante que brindar.
Fue cuando se acercó a uno de los principales edificios del complejo que Al Balawi detonó una poderosa bomba oculta en su chaleco. Entre las principales preocupaciones que surgieron, era por qué no había sido totalmente cacheado al entrar al complejo, y por qué había tanta gente de la CIA con él en el momento en que detonó los explosivos que llevaba. Los funcionarios de inteligencia estadounidenses están trabajando para identificar a los cerebros del ataque.
Según un informe, por lo menos, los funcionarios militares de Estados Unidos creen que puede haber sido orquestado por la red Haqqani, un grupo de combatientes relacionados con la red de Osama que opera en el noroeste de Pakistán y ha lanzado muchos ataques en Khost en el pasado. Irónicamente, el anciano líder de la red, Jalaluddin Haqqani, era un ex aliado cercano a Estados Unidos en la guerra afgana contra los soviéticos. Visitó la Casa Blanca de Reagan y fue descripto por el político texano Charlie Wilson como “la bondad personificada”.
Mientras, el atentado puso de manifiesto las fallas de las operaciones de inteligencia de Jordania y Estados Unidos y la creciente sofisticación y alcance de sus enemigos. “Las operaciones con dobles agentes son realmente complejas. El hecho de que puedan hacer esto demuestra que Al Qaida no está huyendo realmente”, comentó un ex oficial de la CIA. “Tienen la habilidad de pensar sobre estas cosas.”
La evidencia de que Al Balawi pudo haber sido mal manejado con consecuencias fatales llega al mismo tiempo que un alto oficial de inteligencia militar estadounidense en Afganistán, el mayor general Michael Flynn, sugirió en un artículo publicado por un think-tank de Washington que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos es sólo “marginalmente relevante” a los esfuerzos de Occidente para confrontar al talibán y a Al Qaida en Afganistán.
La debacle también puede añadir tensiones a las relaciones entre las agencias de inteligencia de Estados Unidos y de Jordania, que hasta ahora han trabajado muy unidas. Bin Zaid, cuyo cuerpo fue recibido por el rey cuando fue devuelto a Jordania y a cuyos funerales asistieron el rey y la reina, parece haber sido el primero en estar convencido de que Al Balawi genuinamente había cambiado de bando.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.