Año nuevo, ministro nuevo. Esteban Bullrich juró como ministro de Educación porteño, tras la fugaz gestión de Abel Posse, quien debió dejar el cargo tras proponer una amnistía para los represores. Mauricio Macri evitó siquiera mencionar al ex ministro y habló de la llegada de Bullrich como el sucesor natural de Mariano Narodowski, que fue eyectado como consecuencia del escándalo de espionaje de Ciro James. El jefe de Gobierno les pidió a los gremios docentes “generosidad y autocrítica”, mientras que Bullrich anunció que los convocará a dialogar.

Los equipos de aire acondicionado del gobierno porteño no alcanzaron ante la multitud de macristas que se reunió en el Salón Blanco de Bolívar 1. Un friso de ministros sudorosos fue testigo de la jura de Bullrich (lo hizo por “Dios, la Patria y los Santos Evangelios”) que, por su estatura, debió agacharse un poco para colocar la mano sobre la Constitución.

“Este es un momento muy importante para nuestro gobierno y nuestros equipos. Arrancamos la segunda parte después de dos años de gran aprendizaje. Acumulamos experiencia, aprendimos y nos renovamos con un hombre joven como Esteban”, sostuvo Macri, pese a que su primera elección de reemplazo de Narodowski fue Posse, de 75 años. “Bullrich toma la posta del equipo de un gran ministro, Mariano Narodowski”, dijo luego, omitiendo cualquier mención al escritor y ex cónsul en dos dictaduras que renunció a los doce días de haber asumido. A un costado del estrado, la ex vicejefa Gabriela Michetti sonreía. Durante la interna por el reemplazo de Narodowski en la gestión PRO le atribuyeron a ella un veto a Bullrich.

Con cara de pocos amigos, Macri consideró que “todos deberíamos hacer un esfuerzo para ser más conciliadores, más tolerantes y para tener más capacidad de diálogo”. El mensaje estuvo dirigido a los gremios docentes, a los que les reclamó “generosidad y capacidad de autocrítica” y “entender lo que se hizo mal en los últimos quince años”. “La discusión no puede agotarse en las condiciones laborales y en los salarios. Debe hacerse extensiva también a los compromisos para mejorar los instrumentos educativos y la capacitación docente y para renovar los contenidos pedagógicos”, estimó el jefe de Gobierno.

Luego Bullrich se abrazó con un grupo de funcionarios con los trajes empapados por el calor. Se destacaban varios que provienen de su riñón, como el titular de la Unidad de Intervención y Gestión Social, Federico Angelini, o el directivo de Obsba Carlos Regazzoni, además de legisladores y diputados nacionales de PRO. Entre los macristas, había un clima de alegría por la llegada de uno de los propios al gabinete y la salida de Posse. “Nos lo sacamos de encima, estamos mejor que hace un mes”, interpretaba un dirigente cercano a Macri.

“A partir de hoy mismo estoy convocando a los gremios”, aseguró Bullrich en un breve paso ante las cámaras. Aseguró que ya existieron algunos contactos con dirigentes gremiales y que fueron “muy positivos”. “Soy optimista y pienso que vamos a tener un diálogo. Asumí con una enorme vocación de diálogo”, insistió, más escueto que de costumbre. “Hay que resolver la enorme conflictividad con diálogo. El camino es el de abrir las puertas y en ese camino vamos.” De todas formas, dejó en claro que no habrá cambios en los recortes del Presupuesto 2010 en educación. Bullrich aclaró que “se ajustará a lo que aprobó la Legislatura”.