El gobierno venezolano cerró más comercios ayer, mientras la oposición empezó a preparar una marcha masiva para el 23 de enero contra la devaluación. Uniformados de la Guardia Nacional y fiscales del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis) volvieron a recorrer y custodiar los supermercados de las grandes ciudades para comprobar el ajuste de los precios a partir del nuevo cambio con el dolar. Según informó la agencia de noticias estatal ABN, al final del día se habían cerrado tres comercios más, uno en el estado de Vargas y los otros dos en Sucre. Aunque el número estuvo lejos de los 70 negocios del lunes, la oposición reaccionó con indignación y prometió una contrapropuesta a la devaluación oficial y a las medidas anticrisis que está tomando el presidente Hugo Chávez. Ayer la empresa estatal de electricidad se sumó a la de agua y anunció cortes de cuatro horas para la capital y otras ciudades del interior.

La estrategia del gobierno venezolano parece ser imponer todas las medidas anticrisis juntas, casi como una doctrina shock. Ayer por la tarde, cuando aún se escuchaban en los medios opositores los ecos iracundos por la devaluación y el patrullaje de los supermercados y comercios, el gabinete económico de Chávez se volvió a reunir para seguir avanzando. “Estamos analizando medidas complementarias a la adecuación cambiaria, entre ellas la activación de fondos para promover las exportaciones y sustituir importaciones”, explicó el ministro de Agricultura y Tierras, Elías Jaua.

Los técnicos del gobierno bolivariano también intentaron definir cuáles serán los productos que se importarán a la paridad de 2,60 bolívares y cuáles a la paridad de 4,30, la nueva norma impuesta esta semana. Chávez ya había asignado al primer grupo a los medicamentos, remesas y alimentos, pero aún duda sobre algunos bie-nes, por ejemplo los autos.

Todo indicaba ayer que el nuevo clima de emergencia económica había llegado a Venezuela para quedarse, al menos por un tiempo. Según adelantó la ministra de Mujer e Igualdad de Género, María León, el presidente dio la orden de crear un ejército de al menos 200 mil personas para recorrer y vigilar los negocios en las principales ciudades del país. El titular de Comercio, Eduardo Samán, en tanto, advirtió que todos los comerciantes y empresarios que sean sancionados por alzas de precios injustificadas serán procesados por el delito de usura.

Al mismo tiempo que discutían las consecuencias que provocaría la devaluación y analizaban cómo enfrentarlas, el gobierno dio otra orden, que seguramente provocará más malestar entre la oposición y la sociedad en general. A partir de ayer los caraqueños sufrirán cuatro horas sin luz por día hasta mayo próximo, cuando comience la temporada de lluvias. La ciudad fue dividida en áreas y cada una tendrá asignado un momento del día.

Según explicó el presidente de la empresa estatal Electricidad de Caracas, Javier Alvarado, los cortes se deben a que el fenómeno meteorológico conocido como El Niño provocó una extraordinaria sequía, especialmente en las represas del sur venezolano, que producen el 80 por ciento de la energía que consume el país. El gobierno venezolano ya había puesto en práctica desde fines del año pasado un programa de cortes en el suministro de agua potable por la falta de lluvia que se estaba registrando en los embalses.

Alvarado aseguró que el gobierno está construyendo plantas termoeléctricas para sumar 4000 megavatios, pero que el resultado no se verá este año. Por eso, el racionamiento de la electricidad no sólo se realizará en la capital venezolana, sino en otras de las ciudades importantes, como las de los estados de Zulia y Táchira, en el noroccidente y el suroccidente del país, respectivamente.

En Zulia los cortes serán también de cuatro horas cada dos días, pero serán en horario pico, de 19 hasta las 23. En Táchira, en cambio, los cortes serán sólo de dos horas. A estas medidas, el gobierno sumó la reducción de seis a cinco horas de trabajo diario en todas las oficinas públicas del país. De esta manera, había argumentado el presidente Chávez, el Estado ahorraría cerca de un 20 por ciento de su consumo de electricidad.

Una tras otra la oposición ha rechazado las medidas de emergencia económica y energética del gobierno. “Es hora de presentar propuestas creíbles y viables a los venezolanos”, reclamó el alcalde de Caracas, el acérrimo antichavista, Antonio Ledezma. Para el dirigente opositor la marcha del 23 de enero será la oportunidad de la oposición para hacerlo. Los once partidos de la oposición se unieron detrás de esa consigna y apuestan a inundar las calles de Caracas para hacer retroceder al gobierno. El chavismo, seguramente, dará pelea, especialmente ese día. Ese sábado 23 de enero se cumplirán 52 años de la caída de la última dictadura venezolana.