EL MUNDO › SE INICIA LA TERCERA SEMANA DE HUELGA EN VENEZUELA
Se rompen pero no se doblan
Gobierno y oposición amenazan con “enfrentamientos”. Hugo Chávez dispuso la importación de petróleo y la toma del carguero “Pilín León”, mientras criticaba la “injerencia extranjera en los asuntos internos”.
“Vamos a una etapa superior de la confrontación cívica”, declaró ayer la oposición venezolana, que hoy comienza la tercera semana de paro general contra el presidente Hugo Chávez. Por su parte, el vicepresidente José Vicente Rangel aseguró que Chávez no va a renunciar sino que decretará el estado de excepción, y alertó que el gobierno está preparado “para enfrentamientos”. En este marco de guerra verbal que amenaza con derramamientos de sangre, Chávez ordenó ayer a un comando militar tomar el buque cisterna “Pilín León”, que se había sumado al paro, y reemplazar su tripulación con personal extranjero, mientras anunciaba que Venezuela había comenzado a exportar petróleo –”dos millones de barriles”– y que había ordenado la importación de una filial de la petrolera estatal en Islas Vírgenes “para el mercado interno”. También pidió al ejército que desobedezca las órdenes judiciales contra la toma de barcos e instalaciones de Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Los abogados del “Pilín León” denunciaron que 30 soldados subieron con granadas a un buque anclado con millones de litros de nafta en el Lago de Maracaibo. El abogado José Luis Alcalá declaró que los militares violaron el estado de derecho y que al buque subieron un capitán indio y tripulantes extranjeros. Por su parte, Chávez dijo en su programa de radio “Aló presidente” que el comando asumió el control del buque “de manos de los saboteadores” sin ningún hecho de violencia y con acciones “avaladas por la Constitución”. Desde su programa, Chávez llamó al ejército de Venezuela a desobedecer decisiones judiciales contra sus decretos emitidos para retomar el control de la industria petrolera. “No podemos permitir que un juez llegue a impedir el cumplimiento de un decreto presidencial”, declaró cuando reportó la toma del “Pilín”, luego de que un juez ordenó al ejército dar marcha atrás a un primer intento hace una semana.
Durante cinco horas, el presidente se despachó al aire con todo tipo de declaraciones. “Este es un país soberano, que tiene su Constitución y sus leyes. No puede aceptar que ningún país trate de tener injerencia en sus asuntos internos.” Se refería a las declaraciones de Estados Unidos, que el viernes reclamó elecciones anticipadas para solucionar la crisis venezolana. “Algunos gobiernos de varios continentes se equivocaron y quedaron muy mal parados ante el mundo”, dijo cuando recordó el golpe de abril que lo sacó del poder durante 47 horas y tuvo el apoyo de varios gobiernos, entre ellos, el estadounidense.
“Si fuera necesario, estamos preparados para el enfrentamiento”, declaró José Vicente Rangel a un diario brasileño. Rangel le dijo al matutino O Globo que en su país no hay ninguna huelga, sino una “ficción”, ya que el comercio está funcionando normalmente. Dijo que antes del presidente Chávez, “los sectores que hoy protestan eran los que compartían el poder”, mientras que hoy “estamos en sintonía con la voluntad popular”. Cuando la periodista del diario objetó que Chávez no cuenta hoy con más del 30 por ciento de apoyo, Rangel contestó que el presidente del Perú, Alejandro Toledo, tiene un apoyo del siete por ciento. Y preguntó, “¿cuánto tiene el de la Argentina?”. Rangel aseguró al diario Folha de Sao Paulo que el gobierno no va a ceder y convocar a elecciones adelantadas, como sugirió el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. “Vamos a respetar la Constitución, que prevé la posibilidad de un plebiscito revocatorio a partir de agosto de 2003.”