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El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, salió victorioso en las elecciones regionales celebradas este domingo y lunes. A pesar de los escándalos personales y políticos que lo han involucrado recientemente, la alianza entre su partido Pueblo de la Libertad (PDL) y la ultraderechista Liga Norte (LN) logró que el premier sentara su liderazgo en seis de las trece regiones disputadas, arrebatándole al centroizquierda el control de las poderosas Lazio y Piamonte.

“He intervenido en el juego y ésta es mi victoria. El amor ha ganado al odio”, afirmó sonriente el premier en declaraciones realizadas ayer a la prensa. “Este es el mejor reconocimiento a la actividad del gobierno. Con este resultado se abren perspectivas de estabilidad en el sistema político, haciendo posible realizar en esta segunda parte de la Legislatura las reformas necesarias para la modernización y desarrollo de nuestro país”, indicó el mandatario italiano.

Ni los escándalos de corrupción que acosan a sus funcionarios ni los manejos irregulares en la presentación de sus listas electorales, parecen haber sido un factor de peso para la opinión pública italiana, que a pesar del alto índice de abstencionismo –uno de cada tres italianos no se presentó a votar– permitió el avance de la derecha en el país.

De la mano de la principal aliada del gobierno, la xenófoba Liga Norte de Umberto Bossi, Il Cavaliere creció en su liderazgo ocupando seis regiones de las dos que ganó en las regionales del 2005, dejando atrás al centroizquierda, que contando con 11 de ellas pasó a dirigir siete de las regiones.

“La alianza con la Liga ha demostrado ser una robusta fuerza de cambio en las regiones más importantes”, reconoció el premier. El reconocimiento del mandatario para con sus aliados no es menor. El partido ultraderechista fue el principal protagonista de la elección, reuniendo casi el 13 por ciento de los votos a nivel nacional, un gran avance teniendo en cuenta que en el 2005 sólo logró un 5,8 por ciento de los votos.

Con estos resultados, la LN pasó a configurarse como la mayor fuerza en el norte del país y la primera en votos en el Veneto. A partir de ahora, será sólo una cuestión de tiempo para que la Liga empiece a reclamar por más lugar en la coalición triunfante.

Por su parte, el líder del opositor Partido Democrático (PD), Pierluigi Bersani, indicó que los resultados no fueron una derrota, al proclamarse como vencedores en un mayor número de plazas. “Quien gobierna ahora tiene la responsabilidad de decir qué camino tomar. Toda discusión que afronte problemas cercanos a los ciudadanos nos verá en la mesa. En caso contrario, haremos una firme oposición”, recalcó.

Contra todo pronóstico, Il Cavaliere seguirá dominando la política italiana durante los próximos tres años. El centroizquierda no logró congregar el caudal político necesario, quedando casi sin presencia en el norte del país y con victorias en regiones cada vez más dispersas a lo largo de toda Italia.