[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Desde hoy, los presos que la oposición al gobierno cubano denomina “políticos” serán trasladados a cárceles en sus lugares de procedencia y los que estén enfermos irán a hospitales, según anunció el cardenal Jaime Ortega, quien la semana pasada se reunió con Raúl Castro.

El arzobispo de La Habana les dio la noticia a militantes del grupo Damas de Blanco, las esposas de los disidentes al poder comunista. La referente de esa agrupación, Laura Pollán, fue quien se lo comunicó a la prensa. “No podemos pensar que van a abrir inmediatamente las rejas y van a salir todos simultáneamente; va a ser de forma escalonada”, sostuvo Pollán al final de la marcha que todos los domingos hacen por las calles de la capital. A los anuncios de los jerarcas de la Iglesia y de las Damas de Blanco se sumó la confirmación del escritor opositor Guillermo Fariñas, quien realiza una huelga de hambre desde el 24 de febrero para demandar que los presos enfermos sean trasladados a instituciones sanitarias. Sin embargo, no hubo ninguna voz oficial que lo confirmara.

Por primera vez desde que en 2008 reemplazó a su hermano Fidel en el poder, Raúl Castro se entrevistó la semana pasada con las autoridades eclesiásticas cubanas. Aunque desde el gobierno no trascendió demasiado acerca de la reunión, ambas partes la catalogaron como positiva. El encuentro estuvo centrado principalmente en lo que la oposición llama los “presos políticos” y que denuncia que ascienden a 200. Sin embargo, Amnistía Internacional eleva la cifra a unos 60 prisioneros mientras que el gobierno cubano responde que quienes están en las cárceles, lo hacen por haber cometido delitos comunes.

En consonancia, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, aseguró ante la prensa que en la isla se trata con “dignidad” a todos los presos y se animó a catalogar al sistema penitenciario de Cuba como “el más humano del planeta”. Además, sostuvo que los que la oposición llama presos políticos son personas que cometieron actos ilegales previstos en las leyes penales cubanas y que “fueron juzgados con todas las garantías procesales por tribunales civiles”.

Otro acercamiento del gobierno de Raúl Castro con la Iglesia se dará el próximo 16 de julio cuando llegue a la isla monseñor Dominique Mamberti, un enviado de Benedicto XVI.