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Irán perdió la paciencia con su aliado ruso, al que acusa de alinearse con Estados Unidos. El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, fustigó ayer a Moscú por apoyar planes para sancionar a su país por su programa nuclear, pero el Kremlin rechazó las críticas y acusó al mandatario del país persa de “demagogia” y “extremismo”.

El duelo retórico entre ambos países vecinos –que cuentan con una amplia cooperación– llegó luego de que Rusia apoyara un proyecto de resolución con nuevas sanciones a Teherán presentado la semana pasada en el Consejo de Seguridad de la ONU por Washington.

El texto fue apoyado por los cinco miembros del consejo con derecho a veto, incluida la hasta último momento reacia China, horas después de que Irán, bajo la mediación de Brasil y Turquía, ofreciera enviar parte de su uranio al exterior para disipar temores en torno de su programa de enriquecimiento de uranio.

En una inusual crítica al gobierno ruso, Ahmadinejad dijo que la decisión del Kremlin era “inaceptable” y llamó abiertamente a su par Dimitri Medvedev a reconsiderar su posición con mayor cautela. “Si yo fuera el presidente ruso, cuando tuviera que tomar decisiones sobre temas relativos a la gran nación (iraní), actuaría más cautelosamente, pensaría mejor las cosas”, dijo el mandatario en un discurso televisado en vivo para todo Irán. “La nación iraní no sabe: ¿(los rusos) son nuestros amigos y vecinos? ¿Están con nosotros o están detrás de otras cosas?”, se preguntó Ahmadinejad, según informó la cadena de noticias CNN.

Rusia no tardó en recoger el guante, y el principal asesor en política exterior de Medvedev llamó al jefe de Estado iraní a evitar la demagogia. “Nunca nadie fue capaz de preservar la autoridad propia con la demagogia. Estoy convencido de que la historia milenaria de Irán es en sí misma una prueba de esto”, dijo el funcionario, Sergei Prikhodko, citado por la agencia de noticias rusa Itar Tass.

El asesor de Medvedev continuó rebatiendo las críticas iraníes. “La Federación Rusa se rige por sus propios intereses estatales a largo plazo. Nuestra posición es rusa, así que no puede ser ni pro-estadounidense ni pro-iraní. Cualquier extremismo político, cualquier falta de transparencia o inconsistencia al tomar decisiones que afectan y preocupan al mundo entero es inaceptable para nosotros. Sería bueno que los que ahora hablan en el nombre del sabio pueblo de Irán recuerden esto.”

Rusia siempre se ha opuesto a la imposición de sanciones contra el gobierno iraní, pero esta vez su cambio de opinión vino acompañado de la suspensión de una transacción militar. Según la prensa rusa, Moscú congeló un contrato de suministro de baterías de defensa antiaérea con misiles S-300, transacción a la que se oponen tanto Estados Unidos como Israel.