El gobierno cubano prometió actualizar el modelo económico de la isla. Raúl Castro informó que se reducirá el empleo público y que se fomentará el trabajo por cuenta propia. Además, el mandatario se refirió ante el Parlamento sobre la reciente liberación de presos y prometió que no habrá impunidad para quienes pongan en peligro la independencia cubana.

“Estas importantes decisiones constituyen en sí mismas un cambio estructural y de concepto en interés de preservar nuestro sistema social y hacerlo sostenible en el futuro”, explicó el menor de los Castro, quien agregó que el carácter socialista de Cuba es irrevocable. Según dijo el presidente, el Consejo de Ministros cubanos acordó una serie de medidas económicas. La primera fase de este proceso concluirá en el primer trimestre de 2011 y tendrá que ver con dar respuestas al casi millón de trabajadores estatales “improductivos”. El gobernante informó que se reducirá el empleo público y que se observará el principio de idoneidad para determinar quién debe acceder a un puesto laboral en la administración pública.

Para atender la situación de los trabajadores excedentes, el gobierno de la isla estimulará el trabajo por cuenta propia. Por eso las autoridades socialistas se comprometieron a eliminar trabas para el otorgamiento de nuevas licencias y a flexibilizar la contratación de fuerza de trabajo. Según Raúl Castro, estas medidas contribuirán a la disciplina social y laboral. El mandatario que asumió el poder hace cuatro años remarcó que ningún trabajador quedará abandonado a su suerte y que el Ejecutivo le brindará contención a través de su sistema de asistencia social. “Hay que borrar para siempre la noción de que Cuba es el único país del mundo en el que se puede vivir sin trabajar”, destacó también Castro.

“No se puede hablar de reformas. Nosotros estamos estudiando una actualización del modelo económico cubano, donde van a primar las categorías económicas del socialismo y no el mercado”, dijo el ministro de Economía, Marino Murillo, al margen de la sesión plenaria de la Asamblea Nacional, que ayer inauguró un nuevo período ordinario. El funcionario agregó que la planificación centralizada y la propiedad estatal de las empresas seguirán rigiendo en la isla.

Cuba atraviesa una difícil situación debido a la crisis económica y financiera mundial, a los destrozos causados por los huracanes de 2008 y el embargo comercial estadounidense. A ese oscuro panorama se le suman los bajos niveles de productividad de algunas empresas públicas.

Ante los parlamentarios, Raúl Castro hizo mención a las liberaciones de disidentes acordadas en las últimas semanas junto a la Iglesia de la isla y al canciller español, Miguel Angel Moratinos. El mandatario informó que ya llegaban a 21 los “reclusos contrarrevolucionarios” que dejaron La Habana y viajaron hacia Madrid.

“Ninguno de estos ciudadanos fue condenado por sus ideas como han tratado de hacer ver las brutales campañas de descrédito contra Cuba”, dijo Raúl Castro, refiriéndose a los opositores encarcelados en 2003 y que están siendo liberados. Según Castro, esos disidentes eran parte de una embestida digitada desde Washington contra la isla. “No habrá impunidad para los enemigos de la patria, para quienes intenten poner en peligro nuestra independencia”, remarcó.

“En cuanto a Cuba y Estados Unidos, en esencia nada ha cambiado”, dejó en claro. “Aunque exista menos retórica y se celebren ocasionales conversaciones bilaterales sobre temas específicos y limitados, en realidad el bloqueo se continúa aplicando”, añadió el mandatario, haciendo mención al embargo que Washington impuso en 1962 y con el que continúa asfixiando a la isla. En los últimos años hubo reuniones entre los dos países para restablecer el correo directo y por temas migratorios.

También el presidente cubano se refirió a los cinco agentes cubanos que están presos en los Estados Unidos desde 1998. “Nuestros valerosos cinco héroes permanecen sufriendo injusta prisión y un trato abusivo”, denunció. En especial se refirió a Gerardo Hernández Nordelo, quien está confinado hace diez días en una celda de castigo de una prisión de California. Según las autoridades cubanas, Hernández Nordelo no cometió ninguna infracción y tiene problemas de salud. Por ello, el Parlamento de la isla aprobó una declaración en la que responsabilizaba a Washington por la integridad física del hombre de 45 años. El viernes, Fidel Castro denunció que la situación de Hernández Nordelo constituía un caso de tortura y que el refinamiento había sido decidido por el FBI.

La esposa de Hernández Nordelo le reclamó a la Casa Blanca un gesto hacia los cinco cubanos encarcelados, después de que La Habana iniciara la excarcelación de los 52 opositores. “Cuba ha liberado a esos presos, que ya han viajado algunos a España y realmente La Habana ha estado dando muestras; y sin embargo, nosotros nunca hemos recibido un gesto”, dijo ayer Adriana Pérez.