Desde Milán

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, enfrentaba nuevas acusaciones sobre sus fiestitas en la víspera de una votación en el Parlamento, que es crucial para la supervivencia de su gobierno de derecha. María Teresa “Terry” De Nicolo, de 38 años, que trabajaba como escort (acompañante) para una agencia, dijo que había compartido la cama con el magnate de 73 años y dos chicas más durante una de las veladas nocturnas que se realizaron en la residencia de Roma, en septiembre de 2008.

La declaración de la escort forma parte de la investigación que llevan adelante los fiscales ante las acusaciones de corrupción y se filtró al periódico de centroizquierda La Repubblica. “Las dos chicas, Berlusconi y yo compartimos la cama en Roma”, dijo De Nicolo. Contó que eran quince las chicas que participaron de esa fiesta y que cuando dejó la residencia a la mañana siguiente el premier le regaló una joya. De Nicolo afirmó que recibió mil euros para asistir a la fiesta en el Palazzo Grazioli, propiedad de Gianpaolo Tarantini, un hombre de negocios de la ciudad de Bari que está siendo investigado por corrupción. Tarantini lo niega.

Patrizia D’Addario, una prostituta de 43 años que estuvo en el centro del escándalo sexual que protagonizó Berlusconi el año pasado, hizo declaraciones similares a De Nicolo. D’Addario grabó su conversación de alcoba con el premier y se la dio a la prensa. En un libro detalló sus noches con Il Cavaliere.

Las nuevas declaraciones llegaron cuando Berlusconi se preparaba para una crucial votación en el Parlamento desde que su socio, Gianfranco Fini, rompiera con la alianza. El díscolo y presidente de la Cámara de Diputados dijo que él y sus seguidores se abstendrán en la votación sobre la moción de confianza a Giorgio Caliendo, subsecretario de Justicia investigado por presunta participación en la asociación ilícita bautizada P3, que consistió en influencias en nombramientos de cargos en todos los niveles de la vida pública. “Confirmamos nuestra absoluta fidelidad al programa de gobierno y la lealtad al Ejecutivo”, dijo Fini. Aunque agregó: “Existe libertad de disenso sobre las cosas que no forman parte del programa”.

Para la directora del periódico Il Secolo d’Italia, Flavia Perina, muy cercana a Fini, la abstención constituye una señal “clara” de su distanciamiento con el Partido de la Libertad de Berlusconi.

Según la prensa, Berlusconi advirtió a sus aliados en una cena privada el lunes que, si Fini votaba a favor de la moción de censura, lo consideraría una declaración de guerra política. “Al primer incidente, convocaremos elecciones anticipadas y desaparece, porque cuenta sólo con el 1,5 por ciento”, dijo.

Las formaciones de la oposición tampoco parecen estar a favor de elecciones anticipadas. El secretario nacional del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, declaró que prefiere apoyar un gobierno de transición liderado por el actual ministro de Economía, Giulio Tremonti.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.