Ante los continuos problemas para que los deportistas palestinos puedan moverse y circular libremente, el Comité Olímpico Palestino decidió iniciar una campaña para que Israel pueda ser sancionada por las instancias y organismos internacionales. Esta semana estalló un conflicto que parece haber colmado la paciencia de las autoridades palestinas.

Seis jugadores de la selección palestina de fútbol, originarios de Gaza y que viven y juegan en Cisjordania, no pudieron pasar la frontera entre este territorio y Jordania “por razones de seguridad”, según las autoridades militares israelíes. El equipo se dirigía a Mauritania para jugar un partido amistoso.

A última hora fueron reemplazados por tres palestinos que juegan en la liga jordana y el partido terminó con empate sin goles (0-0). Este nuevo conflicto amenaza con poner en apuros el proyecto del fútbol palestino de progresar poco a poco, sobre todo con la construcción en Cisjordania, a las puertas de Jerusalén, de un estadio para 6000 espectadores donde la selección disputó su primer partido internacional, en 2008.

Aquel duelo ante Mauritania contó con la presencia del presidente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), Joseph Blatter, lo que se consideró un gran paso adelante para las aspiraciones locales, conscientes de que cualquier problema puede frenar su despegue. Según un responsable de la seguridad israelí, los jugadores originarios de Gaza no tenían renovado un permiso especial que les autorizaba a jugar en Cisjordania “a título humanitario”.

“Los jugadores estuvieron en Cisjordania ilegalmente, ya que la Federación Palestina de Fútbol no renovó su permiso, y cuando pidieron entrar en Jordania se lo impedimos por motivos de seguridad”, indicó una fuente que prefirió mantenerse en el anonimato. Sorprendido por esta decisión, el presidente del Comité Olímpico Palestino, Jibril Rajub, desenterró el “hacha de guerra” y cargó duramente contra Israel.

“Vamos a lanzar una guerra abierta contra el ocupante para garantizar la libertad de movimientos de los jugadores palestinos, los equipos y los miembros de los clubes, lo que nos permitirá establecer nuestras instituciones deportivas en nuestra tierra”, declaró Rajub, un ex jefe de seguridad de la Autoridad Palestina del presidente Mahmud Abbas.

“Exigimos que Israel sea excluido de los organismos deportivos internacionales”, señaló el dirigente olímpico, que también es el máximo responsable de la Federación de Fútbol de Palestina. “Cuando me dijeron que no podría ir al partido con Mauritania quedé muy decepcionado, ya que el sueño de todo deportista es llevar los colores de su país en el extranjero”, dijo Suleiman al Obeid, uno de los seis jugadores protagonistas de la polémica.

Responsables israelíes y palestinos han tratado en los últimos años de separar el fútbol del conflicto de Medio Oriente. Palestina está afiliada a la FIFA desde 1998, aunque los territorios de Cisjordania y Gaza no han conseguido la independencia política.