Ocho personas fueron asesinadas ayer en Cancún, después de que explotara una bomba incendiaria. Otras ocho habían resultado muertas en un enfrentamiento entre militares y sicarios en la ciudad de Pánuco, vecina al sangriento estado de Tamaulipas.

Seis mujeres empleadas del cabaret Castillo del Mar y dos clientes murieron en una zona popular del centro veraniego. Otros empleados y clientes de un bar nocturno de Cancún sufrieron quemaduras y asfixia. Las autoridades no señalaron con claridad a los responsables del ataque. Una primera versión señalaba que los propietarios de la confitería habían sido amenazados por el grupo narco Los Zetas. Más tarde, trascendió que el atentado podría haber estado vinculado con la detención del capo de las drogas Edgar Valdez Villarreal, conocido como “La Barbie”. El procurador del estado de Quintana Roo, Francisco Alor, atribuyó el ataque a una secuela de la captura del jefe narco. “Me parece una reacción a la detención de La Barbie. No lo veo como extorsión; va más allá”, afirmó el funcionario.

Más temprano, las autoridades informaron que al menos ocho muertos dejaron los enfrentamientos de militares y pistoleros en la ciudad de Pánuco, vecina al estado de Tamaulipas. Según dijo el ejército mexicano, habrían caído seis sicarios y un uniformado. El procurador de Veracruz, Salvador Mikel, sumó a un civil a la lista. “Son ocho las personas fallecidas”, remarcó el fiscal. El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, dijo que se investiga la posibilidad de que los atacantes pertenezcan al cartel Los Zetas. Esa banda es vinculada con la masacre de 72 migrantes ocurrida la semana pasada en Tamaulipas. También se los asocia a cinco atentados con explosivos cometidos durante el fin de semana, que dejaron quince heridos.