La decisión del gobierno de José Mujica (foto) de poner al frente de la fuerza aérea al brigadier general Washington Martínez derivó en una situación de molestia sin precedentes en las fuerzas armadas uruguayas. Como lo habían advertido días atrás y por escrito, los brigadieres Carlos Lupinacci y Carlos Pena presentaron las solicitudes de pase a retiro. Pena había sido ascendido en 2006 y Lupinacci había sido promovido dos años más tarde. Según informaron medios locales, el brigadier Daniel Olmedo hará su pedido en los próximos días, cuando regrese de un viaje personal. Olmedo fue ascendido en 2008 y actualmente se desempeña como comandante del comando de operaciones de la fuerza aérea. El malestar en la cúpula de la aeronáutica viene en aumento desde que los brigadieres se quejaron por la asunción de Martínez al frente de la fuerza, por haber sido el último ascendido de esa camada. De acuerdo con los viejos códigos castrenses, los nombramientos deben respetar la antigüedad de los ascensos. Para los militares disconformes, parece no haber importado el hecho de que es potestad del Ejecutivo elegir al jefe del arma. Martínez tiene 51 años y fue el edecán del presidente Tabaré Vázquez. En los próximos días, Martínez sustituirá a José Bonilla, quien asumirá como primer jefe de Estado Mayor de Defensa, un cargo nuevo. Según lo que informó el diario El País, los cargos que queden vacantes por los retiros serán ocupados por coroneles, ya que hasta febrero de 2011 no habrá ascensos al grado de brigadier general.