El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, superó ayer la moción de confianza a la que se había sometido ante el Parlamento con el fin de comprobar si su gobierno contaba con suficiente respaldo parlamentario tras su ruptura con el titular del cuerpo, Gianfranco Fini. El premier consiguió 342 votos a favor y 275 en contra, luego de que el grupo de diputados que responden a Fini optaran por respaldarlo a pesar de su expulsión del Pueblo de la Libertad, tras la cual decidieron crear el nuevo partido Futuro y Libertad.

En contra votaron el Partido Democrático e Italia de los Valores (IDV), la Unión de Demócratas Cristianos y de Centro (UDC), de Pierferdinando Cassini, antiguo aliado de Il Cavaliere, además de tres abstenciones. El mismo proceso deberá realizar hoy Berlusconi en el Senado, donde, de acuerdo con el resultado de ayer, se descuenta que superará la moción de confianza, ya que el Pueblo de la Libertad y sus aliados de la Liga Norte cuentan con los 161 votos necesarios, a los que se prevé que se sumen los diez de quienes se encolumnan tras de Fini.

Los disidentes de la coalición de derecha italiana liderada por Berlusconi garantizaron la confianza al gobierno, decisión que fue anunciada oficialmente por Italo Bocchino, portavoz del nuevo grupo liderado por Gianfranco Fini, Futuro y Libertad para Italia (FLI). “No nos sustraemos a nuestro deber y confirmamos nuestra voluntad de que la Legislatura llegue a su término” en el 2013, declaró Bocchino. El FLI cuenta con 34 diputados y diez senadores determinantes para que la coalición de centroderecha mantenga la mayoría absoluta. Pero Bocchino advirtió que en la llamada reforma judicial del “proceso breve”, que muchos ven como un ardid de Berlusconi para evitar sus propios juicios, plantearán su oposición si esta norma niega el derecho a los ciudadanos a la Justicia, al hacer prescribir muchos procesos ya iniciados pero aún no resueltos.

El FLI se mostró además “favorable” a la nueva versión del “Laudo Alfano”, la controvertida ley de inmunidad a los altos cargos del país que, en su primera versión, fue invalidada por el Tribunal Constitucional en octubre de 2009.

Berlusconi, quien cumple el miércoles 74 años, abandonó la cámara antes de que se celebrara la votación, defendió temprano la necesidad de que su gobierno se mantuviera porque, según dijo, no existe “otra alternativa” y porque el país necesita estabilidad en estos momentos de crisis.

“Hago un llamado a todos los moderados y a todos los reformistas, es un llamado que hago también a las fuerzas más responsables de la oposición: valorad nuestro programa”, dijo en su intervención de casi una hora. Para la victoria de Berlusconi fueron clave los 34 votos a favor de Futuro y Libertad y los cuatro del Movimiento por la Autonomía (MAP) de Raffaele Lombardo, ya que sin ellos no habría alcanzado los 316 votos necesarios y se habría quedado en 305.

El primer ministro anunció el pasado agosto su intención de ir al Parlamento para saber si su plan de gobierno hasta 2013 contaba con apoyos suficientes, porque, en caso contrario, estaba dispuesto a convocar a elecciones antes de que terminara el año. Y en este sentido, durante las dos comparecencias que tuvo en la Cámara baja ayer, Berlusconi apeló a la responsabilidad de los partidos para evitar un “período de inestabilidad” con unos comicios anticipados, ya que, según él, “no hay alternativa” a este gobierno.

“Estoy convencido de que es de interés de todos no arriesgarnos a hacer caer al país en una crisis económica, que aún no ha terminado, y en un período de inestabilidad”, afirmó el mandatario ayer a la mañana. Ayer por la tarde, en su turno de réplicas, Berlusconi negó que hubiera comprado el voto de algunos diputados para secundar la cuestión de confianza a su gobierno, como han dicho en los últimos días algunos miembros de la oposición, y pidió a los grupos un esfuerzo por transmitir “concordia y optimismo” a los ciudadanos. Con esta mayoría parlamentaria hipotecada por el FLI, que el próximo martes se reunirá para abordar su constitución como partido político, son varios los escenarios que se abren para el futuro del gobierno y del propio premier.

La nueva actitud de Berlusconi suscitó, en cambio, fuertes críticas de la oposición de izquierda, que denunció la “compra y venta de parlamentarios” por parte de la mayoría de derecha para obtener la confianza y evitar la caída. “Vivimos en el paraíso fiscal de la política”, dijo Pierluigi Bersani, líder del Partido Democrático.

La precariedad del resultado fue expresada por el líder de la Liga Norte y ministro de Reformas, Umberto Bossi, quien tras el voto reconoció que “los números son limitados y el camino es estrecho”. “En la vida es mejor tomar el camino maestro y el camino maestro eran las elecciones”, dijo el líder derechista tras reconocer que “Berlusconi no lo ha querido y ahora estamos en este punto”.