En secreto y por sorpresa, Barack Obama visitó a las tropas norteamericanas en la principal base aérea de Afganistán. El viaje incluía una entrevista en persona con el presidente Hamid Karzai, que tuvo que ser suspendida por los violentos vientos del invierno afgano. Obama y Karzai hablaron por teléfono.

Obama le habló a tres mil uniformados en la base de Bagram, a 50 kilómetros de Kabul, la capital. “Gracias a ustedes hacemos progresos importantes. Protegen a su país. Alcanzan sus objetivos. Ustedes triunfarán en su misión. Dijimos que destrozaríamos el impulso de los talibán. Es lo que ustedes están haciendo”, le dijo el presidente a sus tropas. “No les enseño nada nuevo diciéndoles que es un combate difícil. Acabo de visitar el centro médico. Y vi a nuestros guerreros heridos (...) le hablé al pelotón que perdió seis de sus miembros en un insensato acto de violencia”, dijo Obama, que había condecorado a soldados heridos en combate en el hospital de la base.

Sabiendo que ya se cumplieron nueve años desde la invasión a Afganistán, Obama destacó que “es un trabajo difícil. El progreso será lento y habrá días difíciles”. El presidente comparó la situación actual con la que se vivía en su primera visita al lugar, en marzo de este año: “Entonces teníamos una coalición de 43 países. Ahora tenemos una coalición de 49 países. Esto es un mensaje poderoso (...) la coalición de países que apoya a Afganistán es sólida y se agranda”.

Obama habló por teléfono con Karzai luego de descartar un viaje en helicóptero a la capital por el mal tiempo y luego de que fallaran los equipos para realizar una teleconferencia. No se difundió lo hablado entre los presidentes, pero se descartaba que la transferencia de responsabilidades en materia de seguridad entre los aliados y los afganos fue parte de la conversación. Hace dos semanas, la OTAN decidió en su reunión en Lisboa que Kabul comenzaría a tomar esa responsabilidad a partir del año que viene, con un techo de tres años para completar el traspaso. En Portugal, Obama había estimado que la situación era “mucho mejor”. Pero un funcionario dijo, con reserva de nombre, que igual faltaban “duros combates” antes de traspasar el trabajo a los locales.