España comenzará a retirar sus tropas militares de Afganistán en 2011. La ministra de Defensa española, Carmen Chacón, aseguró que los soldados desplegados en las provincias de Herat y Badghis iniciarán el proceso de traspaso de competencias a las autoridades afganas para cumplir con el compromiso asumido por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero durante la última cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el año pasado. “El proceso de transferencia al gobierno afgano podría comenzar este mismo año en las zonas que están bajo responsabilidad de España”, dijo Chacón durante el acto por la Pascua Militar, presidido por el rey Juan Carlos, en el Palacio Real de Madrid. El repliegue se produce a poco menos de una década desde el inicio de la guerra contra los talibán, en la que el país ibérico participa como miembro de la OTAN. Cerca de 100 soldados españoles murieron en batalla desde 2002, cuando se desplegó la misión militar ibérica.

La retirada empezará en 2011 en Herat, donde España tiene 500 efectivos, para seguir en 2012 en Badghis, donde se concentran 1000 militares españoles. Las tropas forman parte de la Fuerza Internacional de Seguridad y Asistencia (ISAF, por sus siglas en inglés), bajo la dirección de la OTAN.

Sin embargo, la funcionaria indicó que los plazos para cumplir con el proceso son indicativos, ya que los objetivos de la misión de la ISAF están por encima del resto de las metas. Según lo acordado en la última cumbre de la OTAN, España debía aplicar, a partir de 2011, el traspaso de poder a las autoridades locales en las zonas que tuvo a su cargo durante la guerra. Pero si el organismo regional decide modificar la estrategia, las cosas cambiarán: “Los objetivos de la misión de la OTAN son irrenunciables”, aseguró Chacón.

En el acto en el Palacio Real madrileño presidido por el rey Juan Carlos, y al que también acudieron los príncipes de Asturias, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, la ministra hizo un repaso de los acontecimientos militares del año y recordó a los fallecidos en Afganistán.

Por su parte, el rey Juan Carlos I destacó el esfuerzo de austeridad que, según él, llevan a cabo los integrantes de las Fuerzas Armadas españolas y los animó a estar preparados para ofrecer ayuda: “Tienen que estar a disposición de la promoción de la seguridad común junto a los socios de España en la OTAN allí donde se requiera”, invitó.

Según los registros oficiales, unos 92 soldados españoles murieron en batalla entre 2002, cuando España decidió sumarse a la guerra, y agosto de 2010. Entre 2003 y 2005 se produjeron 80 muertes, aunque los registros indican que ninguna se habría producido en ataques. 62 soldados fallecieron al estrellarse un avión en Turquía en mayo de 2003; en agosto de 2005, un accidente de helicóptero provocó el deceso de otros 17; en octubre, un médico falleció producto de un infarto. Recién en 2006 España reconoce como el primer ataque contra sus tropas la explosión de un artefacto activado a distancia, en el que murió un soldado peruano nacionalizado español.

La presencia del país ibérico en Afganistán fue sostenida desde principios de la década. En enero de 2002, 485 soldados desembarcaron en Kabul y sus alrededores. Desde entonces, la estrategia de los gobiernos españoles osciló entre aumentar o no las tropas en batalla, debido a las reducidas, aunque constantes, bajas que sufrió el ejército en territorio de Medio Oriente. Al cabo de nueve años, la cifra se triplicó hasta llegar a los 1500 hombres.

Pero además de Afganistán, España desplegó a sus soldados por otras partes del mundo. Las fuerzas españolas ostentan el mando de tres de las cuatro operaciones internacionales en las que participan: la de la ONU en Líbano para vigilar el mantenimiento de la paz en la frontera con Israel, la operación Atalanta de la Unión Europea para combatir los ataques de piratas en el océano Indico y la misión de formación de fuerzas de seguridad somalíes en Uganda.