Viernes, 7 de enero de 2011 | Hoy
EL MUNDO › UN INMIGRANTE MURIO BALEADO POR UN AGENTE FRONTERIZO DE ESTADOS UNIDOS
Ramses Barrón Torres tenía 17 años y fue encontrado muerto en las primeras horas del miércoles, después de haber sido herido por uniformados estadounidenses que estaban apostados en la zona fronteriza de Arizona. Un fiscal investiga.
Un adolescente mexicano murió en el norte de México tras recibir un disparo de un agente de la Patrulla Fronteriza de Arizona, fuerza conocida en México como “La Migra”. La fiscalía mexicana está investigando el caso. Mientras tanto, el ombudsman de México denunció que durante el año pasado hubo más de 214 secuestros masivos de migrantes en ese país.
Ramses Barrón Torres tenía 17 años y fue encontrado muerto en las primeras horas del miércoles, después de haber sido herido por uniformados estadounidenses que estaban apostados en la zona fronteriza de Arizona. La bala alcanzó al muchacho cuando estaba tratando de escalar la valla que divide a México de los Estados Unidos, dijeron desde la policía federal mexicana. Pero el chico no murió en el lugar sino que tres personas lo llevaron hasta el hospital de Nogales, una ciudad de 200 mil habitantes ubicada en el norteño estado de Sonora. “Lo dejaron allí y huyeron”, explicó Eliazar Alvarez, vocero de la Secretaría de Seguridad Pública de Nogales.
Selma Berenice Barrón, la madre del adolescente, fue quien confirmó la identidad del chico. La joven mujer de 37 años habría visto que Ramses presentaba lesiones en diferentes partes del cuerpo. Como confirmó la autopsia, la bala disparada desde el lado estadounidense le habría atravesado el brazo derecho, entrado por el pecho y perforado el pulmón. La fiscalía de Nogales abrirá una nueva causa por el homicidio del muchacho. El portavoz de la Patrulla Fronteriza, David Jimarez, dio explicaciones esquivas sobre las circunstancias que rodearon la muerte del chico. “Hubo un agente involucrado en una balacera en Nogales, Arizona, pero los detalles son poco precisos. No tenemos información de las lesiones resultado de ese incidente”, se atajó el vocero.
La del miércoles no fue la primera muerte de un migrante en manos de los agentes estadounidenses apostados en la frontera. En mayo del año pasado, un inmigrante fue golpeado salvajemente y sometido a descargas eléctricas mientras se negaba a ser deportado. Tiempo después, murió por las heridas que le provocaron los uniformados. Un chico de catorce años también fue asesinado cuando supuestamente lanzaba piedras al lugar donde estaba la patrulla fronteriza.
Nogales, donde murió Barrón Torres, es una ciudad dividida por un gran muro de metal y es uno de los puntos más concurridos por los migrantes de México, Centroamérica y Sudamérica que quieren cruzar hacia Estados Unidos. También el paso por Nogales es uno de los más vigilados por la Patrulla Fronteriza, que todas las noches utiliza alta tecnología para cazar a los migrantes que tratan de escabullirse.
El ataque a Barrón Torres se da en medio de un creciente clima hostil contra los migrantes que se irradia desde Arizona, donde actualmente se debaten medidas discriminatorias que incluirían negarles la ciudadanía a los hijos de los indocumentados. En el estado comandado por la republicana Jan Brewer se adoptó en julio pasado una ley que busca frenar la migración y que está actualmente en vigencia, aunque la Justicia suspendió las partes más discriminatorias de la norma, que incluía un permiso para que la policía parara y pidiera documento a todo aquel que, por portación de cara, pudiera parecer un inmigrante “ilegal”.
Aldo Saracco, primer visitador general de la Comisión de Derechos Humanos de Sonora, dijo a Página/12: “Los migrantes no son animales para que los traten y cacen de la forma en que lo hicieron con este jovencito de 17 años. Tratar de entrar a los Estados Unidos no los convierte en delincuentes”. El especialista agregó: “Definitivamente desde la implementación de la Ley Arizona se intensificó la caza de migrantes aunque no hubo la repatriación masiva que esperábamos”.
En tanto, el ombudsman mexicano, Raúl Plascencia, informó ayer que en 2010 se registraron 214 casos de secuestros masivos de inmigrantes en ese país. “No son secuestros individuales sino masivos, de hasta 100 o 150 migrantes y después se los traslada a un punto donde son víctimas de extorsión”, explicó el defensor de los derechos humanos. A mediados de diciembre, un contingente de 50 centroamericanos fue raptado en el estado sureño de Oaxaca y aún se desconoce el paradero de esas personas. Aunque un sacerdote que atiende un refugio para migrantes de la zona, Alejandro Solalinde, informó que habrían sido liberados en los últimos días en el norte de México. Como ejemplo más crudo de la denuncia del ombudsman aparece la masacre de Tamaulipas, ocurrida en agosto del año pasado, cuando 72 migrantes fueron asesinados en un rancho de ese estado norteño después de haber sido capturados por la banda narco Los Zetas.
Informe: Luciana Bertoia.
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