Martes, 5 de abril de 2011 | Hoy
EL MUNDO › A FAVOR DE UNA DE LAS PARTES EN CONFLICTO DESDE NOVIEMBRE
Las fuerzas leales al presidente electo marfileño, Alassane Ouattara, iniciaron ayer lo que pretende ser el ataque final para tratar de capturar la capital económica del país y desalojar del poder al mandatario saliente, Laurent Gbagbo. Paralelamente, el ejército francés, junto a las fuerzas de la ONU, puso en marcha una operación militar según ellos para “neutralizar el armamento pesado utilizado contra la población civil por los partidarios de Gbagbo”.
Costa de Marfil se acerca a una guerra civil tras los enfrentamientos entre fuerzas leales a ambos políticos que se adjudican el triunfo de las elecciones de noviembre pasado. La comisión electoral dio como ganador a Quattara con el 54 por ciento, pero el consejo constitucional asegura que Gbagbo obtuvo la reelección con el 51 por ciento de los sufragios. Tanto la ONU, como Estados Unidos, la Unión Europea (UE), la Unión Africana (UA) y la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (Cedeao) le exigieron a Gbagbo que abandonara el cargo.
Al caer la tarde se produjeron fuertes explosiones en el distrito de Plateau de Abiyán, donde se encuentra el palacio presidencial, en Adjame, el barrio en el que está situada la comisaría de Agban, la más importante de Costa de Marfil, y en Riviera, donde está el campamento militar más grande del país. Las tropas aliadas a Ouattara habían entrado pocas horas antes en Abiyán fuertemente armados. Para llevar a cabo el ataque, el líder rebelde cuenta con entre 4000 y 5000 soldados y decenas de vehículos de combate de las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI) y de los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas.
Ouattara debe responder ante la ONU por la matanza de civiles perpetrada por sus tropas en el oeste del país. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exigió el domingo a Ouattara que investigara la masacre en Cuékué, cuando sus hombres tomaron la ciudad situada en el oeste del país. Ban Ki-moon se mostró alarmado por los informes recibidos de los equipos de la ONU sobre el terreno, donde se encontraron 330 cadáveres de civiles asesinados.
Los leales a Gbagbo mantienen sus últimas posiciones en los barrios de Le Plateau y Cocody, donde se ubica la residencia del presidente saliente, quien está rodeado de sus fieles, entre ellos miles de “Jóvenes Patriotas” que se han ofrecido como escudos humanos, en respuesta a un llamamiento hecho por la televisión estatal marfileña, RTI. También se ha puesto a disposición de Gbagbo el jefe de Estado Mayor del ejército, el general Philippe Mangou, que abandonó el domingo la embajada de Sudáfrica, en la que se encontraba refugiado desde el viernes, para regresar junto con su familia a la residencia oficial del mandatario.
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