EL MUNDO
Cómo contestar a las bombas desde las calles de los países invasores
Después de impresionantes manifestaciones anteayer, y en vísperas de la jornada mundial por la paz convocada para hoy, varias ciudades estadounidenses volvieron a reunir ayer a opositores a la guerra.
Miles de manifestantes en decenas de ciudades de Estados Unidos salieron ayer a la calle para protestar contra la guerra. En Washington hubo 20 detenidos durante actos de protesta frente a la Casa Blanca y otros edificios gubernamentales. Por segundo día consecutivo, San Francisco fue la ciudad más afectada por las manifestaciones. Allí, la policía detuvo a 80 personas, que se sumaron a las 1400 del jueves. La gente también protestó en Nueva York, Baltimore, Chicago y Boston. Del otro lado del Atlántico también hubo manifestaciones en contra de la guerra. En Yemen, Egipto y España, la policía se enfrentó con manifestantes antiestadounidenses.
“Estoy aquí, violando un poco la ley, porque la guerra en Irak es mucho más ilegal de lo que nosotros podamos hacer”, dijo uno de los manifestantes de Washington, donde la policía arrestó a 20 personas por bloquear el tránsito cerca del río Potomac. Según los organizadores, hubo tres policías por cada manifestante. Cerca de la Casa Blanca, medio centenar de personas gritaba “No sangre por petróleo” con el cuerpo y la cara pintados de rojo. Cada tanto se tiraban al suelo simulando un bombardeo. En San Francisco, las cosas fueron más espesas que en la capital. Convocados por los grupos antiguerra “International Answer” y “Acción Directa”, al igual que el jueves los manifestantes volvieron a paralizar la ciudad y la convirtieron en un caos. El barrio más afectado fue el distrito financiero. Las autoridades de San Francisco volvieron a pedir a los habitantes de las localidades vecinas que evitaran trasladarse al centro.
Los manifestantes usaron una nueva táctica para convertir a la policía en testigo involuntario del desconcierto. Grupos de veinte personas cortaban el tráfico en cruces y semáforos esperando a las decenas de policías, que saltaban de los patrulleros para detener revoltosos. “Son más lentos que nosotros así que compensan con su número”, explicó uno de los manifestantes, jactándose de haberse escapado de todas las persecuciones. Para la policía de la ciudad, los manifestantes son comunistas y anarquistas. Pero ayer sólo detuvieron a 80 manifestantes, un número sensiblemente menor al del jueves, donde hubo 1400 detenidos. La mayoría fue liberada, aunque veinte de ellos serán juzgados por delinquir. En la ciudad de Baltimore, en la costa este de Estados Unidos, la policía detuvo a 30 activistas que se tiraron al suelo frente a un tribunal federal. En Pensilvania y Nueva York también hubo detenidos. Además, hubo protestas en Chicago y Minneapolis, donde algunos manifestantes llevaban un ataúd en andas para simular el funeral de las víctimas iraquíes. Estudiantes de secundarios y universidades de todo el país se sumaron a los actos de protesta. “En 20 años quiero poder decirle a mis hijos y nietos que protesté en contra de esta guerra sin sentido”, dijo Paul Mignano, alumno de la Universidad de Boston.
Del otro lado del mapa, miles de manifestantes protestaron ayer contra la guerra. En Yemen, cuatro manifestantes murieron y 23 personas, entre ellas 14 policías, resultaron heridas en los enfrentamientos que hubo cerca de la embajada de Estados Unidos en Sanaa, la capital yemenita. También en El Cairo hubo enfrentamientos entre manifestantes antiestadounidenses y la policía. Unos 800 manifestantes tiraron piedras contra los efectivos desplegados en la avenida Kasr el Nil, en el centro de la capital egipcia. Los manifestantes también incendiaron un camión cisterna de los bomberos frente al hotel Ramsés Hilton, a orillas del Nilo. Hubo varios detenidos. Mientras, en Madrid varias personas fueron heridas cuando la policía reprimió las manifestaciones organizadas en distintos puntos de la ciudad. La policía reprimió con balas de goma y garrotazos las protestas frente a la embajada estadounidense, en la Puerta del Sol y en el Paseo de la Castellana, la principal arteria de la capital española. Muchos manifestantes respondieron con piedras y botellas.