Mostrándose agradecido por el abrumador apoyo del pueblo y exhortando a acompañar al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, el ex presidente Lula da Silva fue dado de alta ayer del hospital Sirio-Libanés. Luego de que le aplicaran la primera sesión de quimioterapia por el cáncer de laringe que lo aqueja, Lula dejó el nosocomio de San Pablo y se dirigió a su casa para iniciar el reposo que le indicaron los médicos. “Estoy preparado para enfrentar una batalla más y creo que lograremos superarla con facilidad”, dijo el ex presidente en un video junto a su esposa grabado antes de dejar el hospital. Los dos días de internación estuvieron signados por un clima de optimismo por el momento en que el tumor fue descubierto y el tipo de cáncer. La presidenta Dilma Rousseff visitó el lunes por la noche al fundador del Partido de los Trabajadores, en el mismo hospital donde ella fue curada de un cáncer linfático en 2009. “El está maravilloso. Está de un buen humor excepcional, con su alegría típica. Tiene una capacidad muy grande para superar desafíos. Es un guerrero. Saldrá entero, feliz, y todavía le dará muchas contribuciones a nuestro país”, confió la actual mandataria de Brasil. Lula recibió innumerables muestras de cariño y apoyo por parte de los brasileños, incluyendo banderas con su cara en la hinchada del equipo de sus amores, el Corinthians de San Pablo.

“Nuestra expectativa es de que el tratamiento tenga éxito. Las chances son muy buenas”, dijo el médico Paulo Hoff, parte del equipo del Sirio-Libanés. Los doctores prevén que las sesiones de quimio y radioterapia finalizarán en febrero de 2012. De acuerdo con el equipo médico, encabezado por Roberto Kalil Filho, Lula será sometido a tres sesiones de quimioterapia, cada una de ellas con un ciclo de 21 días. Luego de la aplicación de los medicamentos, que debe terminar a finales de 2011, Lula deberá comenzar con radioterapia, prevista para finalizar en febrero de 2012. Según Kalil Filho, de aquí a cerca de 40 días, entre el segundo y tercer ciclo de quimioterapia, será hecha una evaluación para saber si los medicamentos están surtiendo efecto y si el tratamiento continuará según lo previsto.

El médico Luiz Paulo Kowalski dijo que una posible cirugía fue descartada porque el tumor, que tiene entre dos y tres centímetros, está muy próximo a las cuerdas vocales y es una operación que podría comprometer su voz. “El tumor es de un tamaño intermedio y no se fijó en las cuerdas vocales. Fue descubierto a tiempo y eso permite que Lula reciba un tratamiento no tan agresivo”, afirmó. “Hace por lo menos 15 años, en situaciones como las suyas, se indicaban quimio y radioterapia”, dijo Kowalski. En el mismo sentido, Paulo Hoff dijo que el tratamiento con quimioterapia y radioterapia, y no la cirugía, fue una decisión médica. Aseguró que el tratamiento más blando puede causar una pequeña alteración de la voz, y la intención es que no haya ningún tipo de impacto en el habla de Lula. “Su voz mejoró mucho, en parte gracias a que el edema que existió cerca de la lesión ya no existe. Su voz está virtualmente normal”, dijo el oncólogo Artur Katz. El equipo médico dijo que el ex obrero metalúrgico podrá llevar una vida muy cercana a lo normal durante el tratamiento, pero que deberá estar cerca del hospital, evitando viajes largos. Además de eso, deberá cuidar la voz, ya que tendrá dificultades para hablar. “No sintió náuseas. Su gran tema ayer pasaba por saber a qué hora podría almorzar. Es improbable que sienta náuseas fuertes, ya que no tuvo nada hasta ahora. Quizá sienta un ligero malestar”, amplió el oncólogo.

Los médicos también prevén que Lula sufrirá los efectos colaterales comunes de la quimioterapia, como la caída del cabello. Según Kalil Filho, la situación general de la salud del ex presidente es buena y eso ayudará al tratamiento. “Es una persona saludable. No tiene otro problema de salud”, afirmó.

Por su parte, el papa Benedicto XVI afirmó que rezará por la recuperación de Lula. El mensaje del pontífice fue entregado al embajador de Brasil en el Vaticano, Almir de Sá Barbuda, quien entregó ayer sus acreditaciones al sumo pontífice y al secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone. Ambos religiosos expresaron gran admiración por Lula y le pidieron al diplomático que le transmita al ex presidente que incluirán en sus oraciones los mejores votos para su pronta recuperación y rápido regreso a la vida pública brasileña. El Papa, quien visitará Brasil en 2013 para participar en la 23 Jornada Mundial de la Juventud, en Río de Janeiro, elogió el esfuerzo del gobierno brasileño por erradicar la pobreza y reducir la desigualdad social y le deseó a la actual presidenta, Dilma Rousseff, los mejores éxitos en su misión de gobernar el país.

“El gobierno brasileño sabe que puede contar con la Iglesia como un socio privilegiado en todas sus iniciativas que buscan erradicar el hambre y la miseria. La Iglesia no puede ni debe ponerse en el lugar del Estado, pero tampoco puede ni debe quedarse al margen de la lucha por la justicia”, expresó.