Jueves, 22 de diciembre de 2011 | Hoy
EL MUNDO › ANALISTAS DESTACAN EL PAPEL DE LAS UNIDADES DE POLICíA PACIFICADORA EN LAS FAVELAS CARIOCAS
El esquema que pasó de militarizar a pacificar las favelas en las zonas en donde dominaban los narcos tuvo como efecto la reducción de la violencia.
A contramano de las políticas de seguridad que se llevan a cabo en México y algunos países de Centroamérica, donde los militares salen a las calles pertrechados para combatir al narcotráfico y el crimen organizado como si se tratara de una guerra, en Brasil se comienza a ensayar una estrategia diferente para combatir los delitos. Según un artículo publicado ayer en la edición online de la BBC, Río de Janeiro apuesta por mantener una presencia policial constante en algunas favelas, de manera tal de proteger a la población de los abusos cometidos por los narcos. El nuevo modelo de seguridad pública se apoya en la puesta en práctica de Unidades de Policía Pacificadora (UPP), desplegadas en zonas que antes eran controladas por grupos criminales armados.
Los analistas señalan que este esquema logró reducir de manera significativa la violencia y los asesinatos en las comunidades donde fue aplicado. “El gran cambio es el paso de una política de militarización y guerra al crimen y la droga a una política de pacificación y reducción de los enfrentamientos armados y los incidentes letales”, aseguró a la BBC Ignacio Cano, miembro del laboratorio de análisis de la violencia en la Universidad Estatal de Río de Janeiro. En diálogo con el medio británico, Cano señaló que bajo este esquema, la situación en Río cambió sólo parcialmente, ya que la ciudad tiene cientos de favelas y hasta ahora se implantaron 18 UPP, mientras en otras partes sigue la vieja política. “Pero por lo menos tenemos un modelo alternativo que debería inspirar en el futuro al conjunto de la policía y la política de seguridad para que se persiga, no la victoria sobre el crimen, sino la protección de la población y la reducción de los enfrentamientos armados”, dijo.
Según Pricilla Azevedo, mayor de la policía militar brasileña y ex comandante de la primera UPP de Río, que se instaló hace tres años en el morro de Santa Marta, en Botafogo, las fuerzas que comanda se encuentran ante un cambio drástico de estrategia. La oficial destacó que antes los policías ingresaban en favelas dominadas por criminales sólo en operativos puntuales, para capturar a algún criminal, con grandes despliegues de hombres, armas y vehículos blindados, y luego se retiraban. “Siempre que la policía militar entraba en esas comunidades tenía una confrontación, porque ellos no querían perder el territorio ni sus mercaderías, y lo defendían a tiros”, dijo Azevedo, ahora coordinadora de proyectos estratégicos en la Secretaría de Seguridad de Río de Janeiro.
Eso supone un costo desproporcionado para los resultados que se obtienen, admitió en una entrevista con BBC Mundo.
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