Desde ayer, el presidente conservador de España, Mariano Rajoy, pasó de alumno disciplinado de la Unión Europea (UE) a ser el rebelde de la clase. Desafiando lo acordado en la cumbre de Bruselas, el líder del Partido Popular (PP) anunció que fijará el déficit público de España en 5,8 por ciento del PBI, o sea 1,4 por ciento más de lo que exige la UE. La reducción del déficit anunciada ayer equivale a un recorte de unos 29.000 millones de euros en 2012, incluidos los 15.000 millones ya aprobados en el plan de ajuste y austeridad de diciembre.

“Nuestro destino se juega en Europa. Seremos el más leal y el más exigente de los socios. Dejaremos de ser un problema para volver a ser parte de la solución”, había prometido Rajoy la noche de su investidura. Tres meses después la historia comienza a ser otra. “Es una decisión soberana de España”, dijo ayer Rajoy en conferencia de prensa en Bruselas al finalizar la reunión del Eurogrupo en la que se firmó un tratado internacional que impone el equilibrio presupuestario a los socios del euro. Inclusive fue más allá al asegurar que no consultó la decisión de fijar el déficit público en esa cifra con los líderes europeos. “No tengo que hacerlo”, se jactó. “La rebaja del objetivo de déficit es una decisión sensata, razonable, que supone un gran esfuerzo, fruto de que otros no cumplieron”, explicó ayer haciendo un tiro por elevación a la gestión anterior del PSOE. Pese a que durante su investidura prometió que no se quejaría de la herencia recibida, Rajoy volvió a culpar al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por los males que aquejan al Ejecutivo actual. “Estoy haciendo lo que dije que íbamos a hacer en el debate de investidura”, insistió. El mandatario presentará los Presupuestos Generales del Estado el próximo 30 de marzo, un día antes de la fecha límite que se impuso en aquel discurso, es decir el 31 de marzo.

Desde Bruselas, donde se encuentra participando de la cumbre del Consejo Europeo, le restó peligro a la reacción de los mercados. “Este gobierno no hace anuncios, toma decisiones que se plasman en el Boletín Oficial del Estado. No hemos anunciado reformas, las hemos hecho. Eso lo valoran los mercados”, se pavoneó. Su anuncio confronta con la postura de la canciller alemana, Angela Merkel, quien sostuvo que no tiene sentido flexibilizar el objetivo de déficit y que la Zona Euro tiene que cumplir con el Pacto Fiscal firmado en esta cumbre. Por su parte, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, más benévolo, afirmó que Rajoy les dio garantías suficientes de que seguirá con el ajuste fiscal, al tiempo que reconoció que para algunos países esta labor es más difícil que para otros.

“Los objetivos de reducción del déficit se tienen que mantener porque si no, ante los mercados, lo que ganás por un lado (el de crecimiento) lo perdés por otro (el de la confianza)”, señaló a su turno el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

En España, durante la conferencia de prensa habitual tras el Consejo de Ministros, el titular de la cartera de Hacienda y Administraciones Públicas negó que el ejecutivo tema posibles sanciones por parte de la UE. “Estoy convencido de que Bruselas y todos los inversores reconocerán el esfuerzo que están haciendo el gobierno y la sociedad española”, dijo Cristóbal Montoro. Si bien pidió “no llorar sobre la leche derramada”, el funcionario también cargó sobre el PSOE por la pesada herencia recibida. “Si se hubiera hecho antes, no tendríamos estas cifras”, se quejó.

En el Consejo de Ministros, el ejecutivo aprobó fijar nuevos objetivos de déficit para las administraciones públicas, de modo que para el Estado será del 4 por ciento del PIB (1,1 por ciento menos que en 2011); para las autonomías será del 1,5 por ciento frente al 1,3 por ciento previsto (1,4 por ciento por debajo del 2011); y del 0,3 por ciento para las entidades locales (en 2011 fue del 0,1 por ciento).

España ya implementó drásticos recortes para cumplir con sus compromisos de déficit de 2011, que el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero había fijado en el 6 por ciento. Pero aún así el déficit fue del 8,5 por ciento del PBI, muy por encima del objetivo. Asimismo, el Ejecutivo de Rajoy aprobó recientemente una drástica reforma laboral que abarata y facilita el despido con el argumento de que incentivará la contratación. Para alcanzar el objetivo del 3 por ciento de déficit en 2013, que sigue manteniendo Rajoy, el ajuste adicional sería de unos 28.000 millones de euros.

En línea con los compromisos de déficit, el gobierno español aprobó ayer el techo de gasto para 2012, que será de 118.565 millones de euros, lo que representa un descenso del 4,7 por ciento respecto del límite de gasto de 2011.

En tanto, el Ejecutivo reconoció que el grueso del ajuste de este año, unos 14.000 millones de euros, recaerá en las comunidades autónomas o gobiernos regionales, a pesar de que no tiene casi margen de maniobra.

Los ejecutivos regionales, en su gran mayoría en manos del PP, aprobaron fuertes recortes en sanidad y educación que están generando una fuerte protesta social. El líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien durante la campaña electoral había defendido la necesidad de flexibilizar el calendario de ajuste del déficit, celebró la decisión de ayer. “Rajoy dio un paso en la dirección correcta”, aseveró. No obstante, exigió a la UE más inversión y un plan de estímulo para evitar que siga creciendo el desempleo en España.