Jueves, 26 de abril de 2012 | Hoy
EL MUNDO › EL TESTIMONIO DEL MAGNATE COMPROMETIO AL MINISTRO DE CULTURA
Por Marcelo Justo
Los dos días de comparecencia del magnate multimediático australiano Ruppert Murdoch y su hijo James ante la Comisión Leveson están empezando a dejar un reguero de víctimas. El testimonio de James el martes y la publicación de los mails que intercambió con su lobbista Frederic Micel por la adquisición del paquete accionario de BSkyB provocaron la salida el miércoles al mediodía de Adam Smith, asesor especial del ministro de Cultura, Jeremy Hunt, quien a su vez quedó contra las cuerdas.
En el Parlamento el líder de la oposición, Ed Miliband, exigió la renuncia del ministro Hunt por su cercanía a los Murdoch cuando debía ser un “juez imparcial del interés público” sobre la amenaza que podía representar para la libertad de prensa que News Corp se hiciera con todo el paquete accionario de BskyB. Hunt negó que hubiera hecho algo “inapropiado” y aseguró que no había tenido ningún contacto directo con los Murdoch, pero su supervivencia pende de un hilo.
En sus mails a James Murdoch, el lobbista nombra directamente a Hunt a raíz del informe del regulador de los medios Ofcom sobre el tema. “El (Hunt) me pidió nuevamente que encontráramos todos los errores legales que pudiéramos en el informe de Ofcom y que propusiéramos algunas soluciones fuertes y de impacto. Está dispuesto a reunirse el próximo martes o miércoles para discutir nuestra presentación”, le escribe Frederic a Murdoch hijo.
Más colorido aún, el día previo al anuncio que tenía que hacer Hunt al Parlamento sobre la decisión que adoptaría el gobierno, Frederic asegura que el ministro de Cultura le dio información directa sobre sus planes. “Conseguí información sobre los planes para mañana (¡absolutamente ilegal!). Muchos problemas legales, así que Hunt está tratando de obtener una versión favorable a nosotros”, dice Frederic.
La lupa de la comisión no se detuvo en el ministro. En su testimonio, James Murdoch reconoció que el primer ministro David Cameron había discutido el tema de la adquisición de BskyB con él durante un almuerzo navideño de 2010 en la casa de Rebekah Brooks, ex directora de News International, el brazo británico de la corporación mediática de Murdoch. El primer ministro había admitido su almuerzo con Murdoch, pero en más de una oportunidad se negó a contestar de qué se había hablado. En sus preguntas, el fiscal de la Comisión Leveson, Robert Jay, insinuó la posibilidad de un pacto fáustico de los conservadores con el grupo a cambio del apoyo de Murdoch en las elecciones de 2010: la acusación es potencialmente devastadora.
El apoyo del diario The Sun a los conservadores fue cosa pública anunciada en la primera página del tabloide, pero James Murdoch negó que se hubiera adoptado esa posición a cambio de favores del gobierno como el tema de BskyB o el recorte presupuestario de la BBC, una bestia negra del grupo Murdoch. Lo mismo hizo en su testimonio este miércoles Ruppert Murdoch. El magnate australiano reconoció sus frecuentes contactos con los gobiernos de Margaret Thatcher (1979-90), John Major (1990-1997), Tony Blair (1997-2007), Gordon Brown (2007-2010) y la presente coalición conservadora-liberal demócrata. Pero aseguró que en ningún caso se hubiera intercambiado información por apoyo político. En este sentido lo más explícito que dijo fue que el ex primer ministro laborista Gordon Brown le había declarado la guerra a News International luego de que el tabloide The Sun le retirara el apoyo al laborismo y comenzara a respaldar al entonces líder de la oposición David Cameron. En una declaración posterior, Brown negó que este diálogo hubiera ocurrido y exigió una rectificación de Murdoch, quien este jueves continuará con su testimonio.
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