Lunes, 15 de octubre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › CADA CUAL CERRó SU ESPACIO AéREO A AVIONES CIVILES Y MILITARES
En medio de la tensión entre ambos países, la organización Human Rights Watch denunció al gobierno de Bashar al Assad por usar bombas de racimo contra el ejército rebelde.
El gobierno de Turquía cerró su espacio aéreo a vuelos civiles sirios, según aseguró el ministro turco de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu. Tal decisión se produce en respuesta al gobierno de Siria, que había adoptado el fin de semana una medida igual contra aviones turcos. “Hemos cerrado el sábado nuestro espacio aéreo a los vuelos civiles de aviones sirios, como ya lo habíamos decidido anteriormente con los vuelos militares sirios”, dijo Davutoglu durante una visita a la localidad de Konya, en el centro de Turquía. “Como habíamos establecido que estos vuelos civiles eran utilizados con mala fe por el ministerio sirio de Defensa para fines de transporte de material militar, hemos enviado una nota a la parte siria con la nueva decisión”, afirmó el ministro.
La medida se conoce después de que SANA, agencia oficial siria, citando a la cancillería de ese país, informara sobre la prohibición de sobrevolar el territorio sirio a los aviones de la línea pública Turkish Airlines, argumentando que se trataba de una represalia a una posición similar adoptada por la parte turca. El miércoles, las autoridades turcas interceptaron un avión civil sirio que provenía de Rusia y se destinaba a Siria, alegaron que precisaban verificar la carga, considerada sospechosa. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el avión transportaba municiones y equipos militares. Sin embargo, la cancillería rusa desmintió esa versión, afirmando que el avión transportaba partes de un sistema de radar.
Por otra parte, se sospecha que las fuerzas sirias leales a Bashar al Assad usaron bombas de racimo, de fabricación rusa, en ataques contra zonas pobladas por civiles. Así lo denunció Human Rights Watch (HRW), mientras Turquía rechazó el diálogo con Damasco. HRW difundió ayer un informe según el cual las bombas de racimo fueron lanzadas en el camino que atraviesa Maarat al Numan, localidad bajo control rebelde desde la semana pasada.
La organización internacional había denunciado el uso de bombas de racimo entre julio y agosto, y advirtió en este reporte que los ataques de ese tipo golpearon también las ciudades de Tamanea, Taftanaz y Al-Tah, además de áreas cercanas a Damasco, Homs, Aleppo y Latakia. En tanto, las fuerzas de Al Assad lanzaron un contraataque para recuperar el control de localidades en el norte del país que permanecen bajo posiciones rebeldes, informó el Observatorio Nacional para los Derechos Humanos, con base en Londres. Las tropas atacaron con aviones la ciudad de Maaret al Numan, en la provincia de Idlib, en el noroeste del país.
Al este de Maaret al Numan el ejército rechazó un nuevo asalto de fuerzas rebeldes en la zona de Wadi al Daif. Los grupos rebeldes, por su parte, anunciaron la captura de tres oficiales de Damasco en el puesto de bloqueo de Jisr al Shoughour, en Idlib. Los soldados de Al Assad atacaron durante la noche a desplazados sirios que intentaban ingresar a Jordania, informaron fuentes de las fuerzas de seguridad en Amman. El ataque, dijeron las mismas fuentes, fue lanzado contra un grupo de unos 400 refugiados, entre ellos mujeres y niños, de los cuales al menos cinco resultaron heridos de gravedad.
Los heridos fueron trasladados a hospitales del gobierno jordano y militares de la ciudad de Ramtha, en el norte del país, cerca de la frontera. Los refugiados intentaban ingresar a Jordania a través de un paso vecino a la ciudad siria de Tal Shehab, donde la violencia se agravó en los últimos días.
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