La creciente violencia entre Israel y los palestinos de la Franja de Gaza despertó ayer preocupación en el mundo. A los repudios por el accionar de Israel y pedidos de pacificación, se sumaron una condena a Hamas por parte de Estados Unidos e Inglaterra.

Como reacción a los bombardeos israelíes, Egipto retiró de Tel Aviv a su embajador. “Israel tiene que entender que no aceptamos la agresión que afecta negativamente la seguridad y la estabilidad en la región”, advirtió el presidente, Mohamed Mursi. Además, el primer ministro Hisham Qandil viajará hoy a la Franja de Gaza para mostrar el apoyo de Egipto al pueblo palestino, informó la presidencia egipcia. En tanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores turco fue contundente. “La operación en Gaza iniciada por Israel es la última muestra de las políticas agresivas de este país. Condenamos enérgicamente este ataque y demandamos que finalice inmediatamente”, expresó esa cartera a través de un comunicado. Los países del Golfo llamaron a la comunidad internacional a hacerse cargo de su responsabilidad como garante de la paz en el mundo, mientras que el gobierno de Siria habló de un crimen “bárbaro” de Israel.

El pedido de pacificación no tardó en llegar. El presidente francés, François Hollande, tomó contacto directo con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y con el presidente egipcio, Mohamed Mursi, para detener la violencia entre Israel y Palestina, informó ayer el primer ministro galo, Jean Marc Ayrault. Según manifestó el funcionario, Francia hará todo lo posible para evitar la escalada entre Israel y la Franja de Gaza. “Nuestro objetivo es hacer todo lo que haga falta para que baje la tensión, se detengan las violencias y las agresiones”, agregó. En sintonía, el presidente ruso, Vladimir Putin, se comunicó telefónicamente con el primer ministro israelí para discutir la situación. En un comunicado posterior, Putin convocó a ambas partes del conflicto a evitar el incremento de la violencia, que cobra vidas de civiles inocentes, y a hacer todo lo posible para restaurar la paz en la región. También el ministro de Exterior de Alemania, Guido Westerwelle, se mostró preocupado.

Por el contrario, el vocero oficial de la presidencia de Estados Unidos, Jay Carney, responsabilizó a Hamas por la explosión de violencia y le exigió a su dirigencia que permita ir retrocediendo en la escala del conflicto. Además rotuló como “actos cobardes e injustificables” la violencia que, según señaló, utilizan Hamas y otras organizaciones terroristas contra el pueblo de Israel. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, William Hague, condenó el aumento de la tensión, pero culpó a Hamas por tener “la responsabilidad principal de la actual crisis”. Tras una reunión urgente, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó sobre “posibles consecuencias catastróficas” debido a la escalada del conflicto en Medio Oriente, en una situación que no debe ser subestimada.