Sábado, 24 de noviembre de 2012 | Hoy
Los gobiernos conservadores de Gran Bretaña y Alemania quieren a toda costa continuar con la política del rigor y de austeridad, pero chocaron contra los deseos de otros miembros como Grecia y España, que están con la soga al cuello.
Por Elena Llorente
Desde Roma
Aunque el tema formal era conseguir el acuerdo sobre el presupuesto de la Unión Europea (UE) para el período 2014-2020, en las reuniones que ayer y anteayer mantuvieron en Bruselas los jefes de gobierno de los 27 países miembro no fue posible alcanzar un acuerdo. Los gobiernos conservadores como Gran Bretaña y Alemania quieren a toda costa continuar con la política del rigor y la austeridad, pero chocaron contra los deseos de otros miembros como Grecia y España, que están con la soga al cuello.
Los recortes al Presupuesto de la UE, en particular referidos al sector agrícola, al crecimiento y a la ocupación –conocidas estas dos últimas en la UE como “política de cohesión”–, fueron seriamente puestos en discusión por Inglaterra y Alemania principalmente y se transformaron en uno de los puntos de la discordia que impidieron, pese a los dos días de reuniones, que se llegara a una posición unificada.
En un segundo borrador sobre el Presupuesto que hizo circular entre los asistentes el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, seguían presentes los recortes por valor de 80.000 millones de euros que aparecían en el primer boceto, aunque habían sido redistribuidos entre algunos sectores como para que todo el mundo quedara conforme. Pero no fue suficiente. Para el primer ministro inglés, David Cameron, era necesario ir más lejos. El Presupuesto de casi un billón de euros previsto (equivalente aproximadamente al 1 por ciento del PIB de la UE) es demasiado para Cameron, que se demostró el personaje más duro de este vértice. Inglaterra y Alemania insistieron en más recortes como para no quedar mal con sus propios ciudadanos, que también están sufriendo sus políticas de austeridad, dijeron algunos analistas. “No hemos sido los únicos. Están de acuerdo con nosotros Alemania, Suecia, Holanda, Finlandia y Dinamarca”, comentó Cameron al concluir el vértice. Los ahora llamados “rigoristas” (defensores del rigor) habían tenido una larga reunión en la mañana del viernes. Además del tema agrícola y de la cohesión, los “rigoristas” coinciden en que habría que disminuir consistentemente los gastos administrativos, reducir salarios y jubilaciones y suprimir unos 50.000 dependientes.
Francia, España e Italia, en cambio, coinciden por su parte en defender al sector agrícola y las inversiones previstas en materia de “política de cohesión”, es decir en crecimiento económico y empleo. Pero sobre todo los tres países insisten en que las naciones ricas no deben tener privilegios de ninguna índole, en particular los llamados “descuentos” de sus aportes obligatorios al presupuesto UE.
Las negociaciones sobre el Presupuesto 2014-2020 hablan de la Europa que se perfila o que se quiere perfilar, siendo conscientes de la actual debacle económica, pero suponiendo, indicadores a la mano, que los años venideros serán de recuperación de la economía. Así lo explicó a un grupo de periodistas extranjeros en Roma, entre los que estaba Página/12, el ministro italiano para los Asuntos Europeos, Enzo Moavero Milanesi.
Y un hueso duro de pelar de este nuevo Presupuesto, añadió, son precisamente los llamados “descuentos” de los que gozan algunos países sobre el total del dinero que cada Estado debe aportar a la Unión Europea. Por razones que no son del todo claras, según afirman los expertos, y que cada nación ha conseguido individualmente, países como Gran Bretaña, Alemania, Holanda y Suecia cuentan con esos descuentos. Mientras otros países, como es el caso de Italia y Francia, son contribuyentes netos al Presupuesto de la UE, sin descuentos de ninguna índole. “Italia no pide descuentos, pero reconoce que el peso de esos descuentos recae indirectamente sobre sus ciudadanos y por eso pide un sistema equo, claro e igual para todos. No como hasta ahora, que ha sido ‘a la carta’”, explicó el ministro.
Según el presidente francés, François Hollande, el primer ministro inglés llegó a Bruselas con el objetivo de mantener los descuentos de los que ya goza Gran Bretaña. Pero de eso nada dijo, insistiendo en cambio en la necesidad de nuevos recortes. El jueves por la mañana, apenas entró a la reunión con Van Rompuy y con el presidente de la Comisión Europea, José Barroso, Cameron hizo saber que el Presupuesto debía sufrir todavía varios recortes y que los polémicos descuentos no debían tocarse.
La reunión de los 27 fue suspendida el viernes sin acuerdo y sin fecha para el próximo encuentro, aunque se supone que podría ser en enero.
Según Barroso, de lo que se decida al aprobar el Presupuesto dependerá gran parte de la estabilidad europea. Un tema muy delicado en tiempos en que a los mercados financieros les basta la mínima sospecha para mandar a pique cualquier economía.
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