Desde Roma

Algunos la han llamado la tercera vía. Otros, la última instancia. Lo cierto es que el presidente italiano, Giorgio Napolitano, no ha confiado la formación del gobierno a ningún político ni ha renunciado a su cargo como algunos se esperaban para poder apurar el llamado a elecciones, sino que el sábado anunció la formación de dos comisiones de “sabios” que elaborarán una serie de propuestas compatibles entre los partidos y contribuirán así al nacimiento de un nuevo gobierno. Italia se debate sin gobierno desde hace un mes, cuando a fines de febrero las elecciones dieron un resultado no definitorio, especialmente en el Senado.

“Siguen existiendo posiciones muy distintas sobre el próximo gobierno”, dijo el presidente al describir la situación actual en una breve conferencia de prensa en el palacio del Quirinal, sede de la presidencia. “Pero yo continuaré ejerciendo mis funciones hasta el último día, como me sugiere mi sentido de responsabilidad nacional”. Y añadió: “No puedo esconderle al país de todas maneras, las dificultades que todavía encuentro. Pero reitero mi confianza en la posibilidad de una superación responsable de la situación que atraviesa Italia”. El presidente llamó además a “todos los sujetos políticos” a tomar conciencia de la gravedad y urgencia de los problemas del país.

La tercera vía de Napolitano fue el producto de más de una semana de consultas con los partidos políticos, hechas por él personalmente y luego por Pierluigi Bersani, secretario del Partido Democrático (PD) y líder del centroizquierda, ganador de las elecciones. Pero Bersani, que fue encargado de ver la posibilidad de la conformación de un nuevo gobierno presidido por él, volvió a informar al presidente con las manos vacías. El centroizquierda cuenta con una amplia mayoría en la Cámara de Diputados pero no en el Senado y para poder darle continuidad a un gobierno, se requeriría el apoyo de la mayoría en las dos cámaras, cosa que Bersani no consiguió. Intentó por varios medios de convencer a los representantes del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) del cómico Beppe Grillo, para que le dieran su apoyo, pero no hubo caso. Estos insistieron todo el tiempo en que querían presidir el gobierno y que nunca darían el apoyo a un gobierno de otros partidos.

Napolitano termina oficialmente su mandato de siete años en mayo, pero el Parlamento debería comenzar dentro de 15 días a estudiar y votar los eventuales candidatos. Los que especulaban con el inmediato llamado a elecciones saben que, para hacerlo, el presidente de la República tiene que disolver el Parlamento, pero Napolitano no podía hacerlo porque estando en los últimos seis meses de su mandato (llamado semestre blanco), la Constitución se lo prohíbe. Su renuncia, en cambio, hubiera permitido la elección inmediata por parte del Parlamento del nuevo presidente y éste sí podría haber disuelto las Cámaras y haber llamado a elecciones. Puras barreras burocráticas, sostienen algunos, que sin embargo, al estar contenidas en las normas constitucionales, no se pueden evitar. Pero, en realidad, Napolitano querría evitar elecciones inmediatas y dar al país alguna forma de gobierno que sirva para tranquilizar a los mercados y hacer las reformas urgentes.

Hacer nuevas elecciones, además, supone un gasto de varios millones de euros que el país hizo en febrero y no se encuentra en condiciones de afrontar de nuevo inmediatamente, dada la recesión económica que vive desde hace más de un año. Pero esto no parece preocupar al M5S que, contradictoriamente, despotrica todo el día contra los gastos excesivos del mundo de la política.

Los dos grupos de expertos formados por el presidente, integrados por diez personalidades provenientes de distintas áreas, trabajarán autónomamente en dos direcciones: una económico-social y la otra político-institucional. Elaborarán un programa de cosas por hacer con urgencia, que será sometido al jefe del Estado o a su sucesor. Al parecer el presidente se inspiró en el caso Holanda, un país que estuvo 44 días sin gobierno hace un tiempo porque ningún partido salió ganador de las elecciones, pero así logró componer un Ejecutivo basado en principios y en un programa ampliamente compartido por los partidos. Dado que algunos son parlamentarios y otros lo fueron, que pertenecen al mundo de la política o son técnicos de una cierta edad, no todos aplaudieron la elección de Napolitano. Algunos dicen que, proponiendo estos nombres, Napolitano ha desilusionado las expectativas de los jóvenes de la política que se esperaban algo realmente nuevo y no estos personajes que representan al viejo sistema político institucional.

Los grupos comenzarán su trabajo mañana, dado que hoy es feriado en Italia. Mientras tanto, el gobierno de Mario Monti sigue en funciones y, según el presidente, debería contar con el apoyo del nuevo Parlamento.

No todos los partidos parecen apreciar la iniciativa de Napolitano. El PD no fue informado de esta decisión –dijo Dario Franceschini, uno de sus dirigentes–. Podría ser una solución que ayude, pero no puede sustituir el lugar donde se tienen que tomar estas decisiones, es decir el Parlamento”. Y con cierta amargura comentó Bersani: “Veamos cuál será el trabajo de los expertos”.

“Como nuevo acto de disponibilidad y de responsabilidad hacia el país, expresamos nuestro aprecio por la verificación programática que impulsa el jefe del Estado. Esperamos que dé buenos frutos y se supere la actitud negativa del PD”, comentó por su parte el secretario del PDL, Angelino Alfano, aludiendo a la negativa reiterada del PD cuando el PDL le ofrecía formar un gobierno entre los dos partidos. Pero el PDL cambió de opinión el domingo, proponiendo un límite de 710 días al trabajo de los expertos para dar paso a un gobierno político.

“El mensaje del presidente Napolitano ha dado la razón al M5S –comentó por su parte el jefe del grupo M5S en el Senado, Vito Crimi–. Es posible seguir con un gobierno, aunque sea limitado a los asuntos de ordinaria administración, pero controlado por el Parlamento.” Los “grillinos” quieren que el Parlamento discuta y apruebe una serie de nuevas leyes, independientemente de que exista o no el nuevo gobierno. Según el exponente de Scelta Civica, el partido de Monti, Lorenzo Dellai, “el presidente Napolitano se ha confirmado con esta propuesta como un punto de referencia fundamental para la democracia en Italia”.