El gobierno portugués anunció nuevos recortes para compensar el veto del Tribunal Constitucional a varias de sus medidas de austeridad. En un discurso televisado a la nación, el primer ministro Pedro Passos Coelho, señaló que Portugal no puede dejar de cumplir los compromisos con los organismos internacionales a cambio de ayuda financiera, y prometió que hará todo lo posible para evitar un segundo rescate. Para cumplir los objetivos acordados con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, el líder conservador pedirá a sus ministros planes de reducción del gasto y acelerará la reestructuración del Estado.

En ese sentido, anticipó que aplicará este año medidas de contención del gasto público, sobre todo en áreas de seguridad social, sanidad, educación y empresas públicas. “No será fácil, en dos años este gobierno ya ha reducido el gasto primario del Estado (en el que no se incluye el pago de los intereses por su deuda) en más de 13.000 millones de euros”, reconoció el mandatario. En cambio, descartó volver a subir los impuestos tras el aumento de la presión fiscal registrado en Portugal durante los dos últimos años, coincidiendo con su llegada al poder.

Portugal, que atraviesa la peor crisis económica de su historia, aplicó estrictas medidas de austeridad desde que solicitó el rescate financiero, en abril de 2011, a instancias de la UE y el FMI. Ajustes que incluyen un fuerte incremento de impuestos directos e indirectos, la disminución del gasto público y la privatización de empresas estatales. La oposición mostró su firme rechazo a la adopción de nuevos recortes en gasto social que anunció ayer el gobierno conservador de Passos Coelho, al que reclamó, en cambio, que renegocie las condiciones del rescate financiero.