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Estados Unidos hizo ayer un nuevo guiño a América latina al anunciar que el secretario de Estado, John Kerry (foto), encabezará personalmente la delegación cargada de pesos pesado de la diplomacia norteamericana que participará la semana próxima en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Antigua, Guatemala. Se trata del primer viaje de Kerry a América latina desde que asumió a comienzos de año como jefe de la diplomacia estadounidense y en la cita podrá encontrarse con buena parte de sus pares latinoamericanos, con los que tratará temas de “interés común”.

De acuerdo con su agenda, durante su estancia en Guatemala el 4 y 5 de junio, Kerry también se entrevistará con el presidente del país anfitrión, Otto Pérez Molina. “Será una oportunidad para que el secretario pueda reunirse con varios líderes de la región, algunos de quienes no había podido ver hasta ahora, para discutir temas como la cooperación regional en materia económica y sobre drogas”, dijo ayer su portavoz, Jean Psaki.

Es la primera vez que un secretario de Estado estadounidense participa en una Asamblea General de la OEA desde 2010, cuando Hillary Clinton acudió a la cita celebrada en esa ocasión en Lima. Kerry liderará una misión que también estará compuesta por el “zar antidrogas” del gobierno estadounidense, Gil Kerlikowske; la secretaria de Estado adjunta para Asuntos Hemisféricos, Roberta Jacobson, y su colega del Departamento de Estado para Asuntos Antidrogas, William Brownfield, además de la embajadora de Estados Unidos ante la OEA, Carmen Lomellin.

La delegación cuenta así con una fuerte presencia de responsables del gobierno de Barack Obama para la lucha contra las drogas justamente para una cita cuyo tema central será la discusión de “Estrategias alternativas para el combate a las drogas”.

Se trata éste de un tema en el que Washington mantiene fuertes discrepancias frente a aquellos gobiernos de la región que abogan por analizar vías como la legalización de algunas sustancias como la marihuana. Pese a ello, en la Cumbre de las Américas celebrada en Colombia un año atrás, el presidente estadounidense, Barack Obama, accedió ante sus pares regionales a estar abierto cuanto menos a un “diálogo” sobre este asunto.