EL MUNDO
Un paso en el camino de paz en Medio Oriente pero con un desvío
El ejército de Israel se retiró de Belén y entregó su control a los palestinos. Anoche fue muerto un jefe militante palestino.
Por Ferrán Sales *
Desde Belén
Las campanas de la Basílica de la Natividad anunciaron ayer la liberación de Belén. El ejército israelí se retiró a primera hora de la tarde de la ciudad del Nacimiento, entregando el control de la urbe a la policía palestina. Aunque las tropas no se han ido totalmente, ya que han establecido un cordón de seguridad en el exterior de la población, el acontecimiento es significativo. Se especula que el siguiente peldaño será el repliegue del ejército de Ramala y la liberación de 21 presos políticos palestinos. Anoche un jefe de las Brigadas Mártires de Al Aqsa, vinculado al movimiento Al Fatah, de Yasser Arafat, fue muerto durante tiroteos con soldados israelíes en el norte de Cisjordania, según la seguridad palestina. Fue a tres días de que las facciones palestinas Hamas, Jihad Islámica y Al Fatah declararan el alto al fuego temporario con Israel.
“Seis veces hemos sido ocupados, seis veces hemos sido liberados durante estos dos últimos años”, sentenciaba con cierto escepticismo Hannan Naser, 62 años, alcalde de Belén, en el centro de la plaza del Pesebre, ante la Basílica de la Natividad, mientras por la Puerta de la Humildad del templo aparecían vestidos de azul los primeros policías palestinos y por la calle de la Estrella avanzaba un todo terreno verde algo desvencijado a bordo del cual viajaban cuatro funcionarios de la Seguridad Preventiva. A pesar de que eran las cuatro de la tarde, el reloj principal de la plaza continuaba marcando las once menos cuarto, la misma hora que marcaba el pasado 22 de noviembre cuando las tropas israelíes entraron por última vez en la ciudad como represalia a un atentado perpetrado en Jerusalén por un suicida oriundo de Belén que se inmoló en un autobús, causando once muertos y decenas de heridos. Durante estos ocho meses la ciudad ha vivido sometida a un castigo colectivo, del que por fin logró zafarse ayer, gracias a la puesta en marcha de la Hoja de Ruta.
El despliegue de las fuerzas de seguridad palestina en todos los rincones de la ciudad de Belén y en las aldeas cercanas de Beit Sahur y Beit Jala, fue recibido por la población con una ambigua mezcla de sentimientos: escepticismo y curiosidad. A duras penas los belenitas pueden olvidar que desde que se inició la Intifada (levantamiento armado palestino) han vivido esta situación en otras seis ocasiones, sin que ello haya supuesto un cambio importante en sus vidas. Pero además las fuerzas israelíes se encuentran desplegadas en el exterior de la urbe, configurando un cinturón de seguridad que la hace impenetrable.
Naser aprovechaba cada uno de los encuentros para explicar al mundo compungido que su ciudad, la ciudad de todos los cristianos, continuaba castigada y sometida a un férreo asedio por parte de las tropas israelíes, que impiden el acceso a los peregrinos y estrangulan su economía. Eso sin contar los perjuicios causados por la construcción de un muro de cerca de cuatro kilómetros de longitud y ocho metros de altura, que los distancia aún más del mundo exterior. Además, la superficie de su municipio quedó reducida a un 80 por ciento porque los israelíes se apropiaron del 20 por ciento restante, empezando por el área de la Tumba de Raquel, un lugar de peregrinaje para judíos y musulmanes y continuando con los olivares.
Aun así Belén empezó a recuperar su libertad. Es la política de pequeños pasos en el camino hacia la paz. Este frágil proceso podría consolidarse en las próximas horas con otras dos decisiones importantes: la liberación de otra ciudad simbólica, Ramala, capital palestina de Cisjordania, y la puesta en libertad de un primer grupo de 20 prisioneros políticos. En la lista de los posibles liberados se encuentra Ahmed Saadt, el secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina, quien está encarcelado en Jericó, por presiones israelíes y a pesar de que un tribunal palestino lo exoneró de una supuesta implicación en el asesinato de Rehavam Zeevi, el ministro hebreo de Turismo.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.