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Miles de personas convocadas por la principal central obrera de Portugal se congregaron ayer frente al Parlamento en Lisboa para protestar contra los ajustes contemplados en el presupuesto para 2014, que horas después superó su primera votación en la Legislatura. El plan, que suma nuevos recortes y mantiene una elevada presión fiscal, fue defendido por el Poder Ejecutivo conservador como la mejor vía para cerrar con éxito el programa de ajustes a cambio de su “rescate” financiero.

Mientras los diputados debatían el proyecto, miles de manifestantes respondieron a una convocatoria de la Comisión General de Trabajadores Portugueses (CGTP) y rechazaron un presupuesto que consideran “empobrecedor” del país. Los manifestantes portaban pancartas en las que se podía leer la palabra “delincuentes” y cantaban proclamas, calificando el proyecto presupuestario de robo al pueblo y exigiendo un cambio de rumbo económico al primer ministro Pedro Passos Coelho. Jubilados, docentes, estibadores y otros miembros de la CGTP, que tiene más de 600 mil afiliados, formaron parte de la protesta.

Dentro del Parlamento, apenas uno de los 132 diputados pertenecientes a los dos partidos conservadores en el gobierno votó en contra del documento, mientras que entre la oposición –socialistas, comunistas, los marxistas del Bloque de Izquierda y ecologistas– hubo unanimidad en el rechazo. El texto fue aprobado de forma general y la votación final tendrá lugar a fines del corriente mes, después de que se discutan enmiendas presentadas por los partidos.

Para no necesitar de un segundo rescate, Portugal debe todavía restablecer su acceso normalizado a los mercados para colocar deuda a largo plazo a cambio de intereses sostenibles, algo que analistas y expertos todavía ponen en duda. El Ejecutivo considera, sin embargo, que el documento aprobado ayer supondrá una nueva prueba para los inversores de la firmeza del país para cumplir con los compromisos acordados cuando recibió el préstamo de 78 mil millones de euros que la Unión Europea, el Banco Central Europeo y FMI le concedieron en mayo de 2011.

Los presupuestos para 2014 prevén un ahorro de 3900 millones de euros en las cuentas públicas –en parte por recortes en el salario de trabajadores y pensionistas del sector público– a fin de alcanzar la meta de déficit acordada con la troika del 4 por ciento del PBI.