El presidente de México, Enrique Peña Nieto, promulgó ayer la reforma aprobada en el Parlamento para reforzar la lucha contra la corrupción (foto), que forma parte de los cambios de fondo que viene aplicando el mandatario en acuerdos con parte de la oposición. La enmienda, que implicó correcciones constitucionales, fue producto de un “intenso y complejo” trabajo que permite fijar un “andamiaje legal e institucional de avanzada”, destacó Peña Nieto al anunciar los cambios, que requieren aún de leyes reglamentarias. La nueva normativa crea un organismo de transparencia, de acceso a la información pública y de rendición de cuentas, que extiende la vigilancia a más instituciones que reciben fondos públicos.

“Con información y cuentas claras, la ciudadanía podrá evaluar de mejor forma a sus gobernantes y representantes”, afirmó Peña Nieto, quien resaltó que la reforma permitirá una “mayor honestidad, responsabilidad y eficacia” de los funcionarios. La enmienda es considerada como un punto de partida para poder atacar el grave problema de la corrupción en México, enquistado como cultura en el país en todos los niveles de la administración. Según datos de Transparencia Internacional, México ocupa el puesto 106 en un ranking de 177 naciones en el Indice de Percepción de Corrupción dado a conocer en diciembre pasado. El presidente de Transparencia Mexicana, Federico Reyes, que participó del acto de promulgación, reseñó que el costo que representa para México la corrupción oscila entre el 2 y el 8 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), y comparó que 5 por ciento de esa relación es la que el país destina por año a educación. Reyes consideró que la reforma es un gran avance pese al proceso complicado que llevó en el Parlamento, que demoró más de un año en aprobarla.