El gobierno nacional ratificó su apoyo al presidente Nicolás Maduro y a la democracia venezolana. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, advirtió en este sentido que “cualquier actitud de carácter conspirativo” en ese país debe ser considerada como una “afrenta para las democracias de la región”. Por la tarde, las agrupaciones kirchneristas que integran Unidos y Organizados manifestaron frente a la Embajada de Venezuela para expresar su apoyo a la Revolución Bolivariana y repudiar los intentos de desestabilización con que la oposición buscar hacer caer a Maduro.

Capitanich fue consultado sobre el tema al hablar con los medios en su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada. El jefe de Gabinete puso el acento en la “necesidad de resguardar el principio de autodeterminación de los pueblos”.

“La República Bolivariana de Venezuela, a través de su presidente Maduro, ejerce legítima y legalmente su responsabilidad y manifestamos nuestra solidaridad para el cumplimiento de sus metas de gobierno”, señaló.

De esta manera, el gobierno volvió a respaldar al sucesor de Hugo Chávez, durante una jornada en la que Caracas volvió a estar atravesada por fuertes tensiones. La semana pasada, la Casa Rosada había hecho pública esta postura –compartida dentro del Mercosur, la Unasur y la Celac– a través de la Cancillería.

Por la tarde, militantes de Unidos y Organizados se movilizaron hasta la embajada venezolana en Buenos Aires. La Cámpora, Kolina, Vatayón Militante, la Güemes, Miles, Nuevo Encuentro, los docentes de Suteba fueron algunas de las agrupaciones que se congregaron frente al edificio, ubicado al 100 de la avenida Luis María Campos, desde el que fue transmitido en directo el discurso en el que Maduro denunció una conspiración para derrocarlo.

Después, dirigentes como Edgardo Depetri, Luis D’Elía y Hugo Yasky se fueron turnando en el micrófono para dar su apoyo al gobierno venezolano. También hablaron representantes diplomáticos: el embajador de Bolivia, Gregorio Flores; la embajadora de Nicaragua, Norma Moreno, y el embajador de Cuba, Jorge Lamadrid.

Depetri señaló que Venezuela está viviendo “un claro intento de golpe de Estado”. El legislador indicó que “son las corporaciones económicas las que están detrás de la desestabilización” y criticó a los “líderes opositores (venezolanos) que están aprovechando esta situación, como (Henrique) Capriles o (Leopoldo) López, para generar una movilización que termine en la caída de Maduro”.

“Estamos acompañando las decisiones institucionales que han tomado los gobiernos de América del Sur, con la Unasur y la Celac”, recordó además. D’Elía –que antes de la marcha había generado una polémica en los medios al asegurar en Twitter que Maduro debería “fusilar” al opositor Leopoldo López– aseguró que “la suerte de Venezuela es nuestra suerte”. Y acusó a “la ultraderecha oligárquica, con la intervención clara de los Estados Unidos y su servicio de inteligencia” de estar “tratando de sabotear al pueblo bolivariano”.

Yasky, por su parte, apuntó que en Venezuela se ve “la misma trama opositora que tenemos en Argentina, Bolivia o Brasil”. Para el dirigente de la CTA, se trata de “los grandes medios de comunicación, los grandes productores vinculados al negocio de la exportación de commodities, las grandes empresas vinculadas a las multinacionales y sectores de la derecha política de distinto pelaje y color. Eso conforma, muy similar a lo que sucede acá, un frente que quiere volver a la Venezuela para pocos”.

En el mismo sentido, el dirigente de Nuevo Encuentro Adrián Grana alertó sobre los “grupos antidemocráticos que planifican sus acciones de manera similar en distintos países de América latina”.

Una delegación de Unidos y Organizados fue recibida por el encargado de Negocios y ministro consejero de la embajada, Juan José Valero, al que entregaron un documento en el que condenaron los intentos de desestabilización y expresaron su cerrado respaldo a la Revolución Bolivariana.