Viernes, 21 de marzo de 2014 | Hoy
EL MUNDO › PIETRO VALENTINO, ECONOMISTA DE LA UNIVERSIDAD LA SAPIENZA, DE ROMA
El primer ministro italiano se está comprometiendo seriamente en una gran operación de tipo keynesiano y cuenta con el apoyo de Francia dentro de la Unión Europea, pero Alemania no se convence. La gira de Renzi tuvo buena prensa.
Por Elena Llorente
Desde Roma
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, que esta semana presentó su programa de reformas al gobierno francés de François Hollande y al alemán de Angela Merkel, desde el jueves está en Bruselas, sede de la Unión Europea (UE), donde espera convencer a sus colegas del Viejo Continente de que su plan económico no hará saltar a toda Europa y de que ésta necesita algunos cambios para fortalecer el europeísmo y no la ola de críticas surgidas con la crisis económica de los últimos años. Renzi se prepara además para ocupar la presidencia del Consejo de la Unión Europea a partir del 1º de julio y durante seis meses, tiempo en que, se ha dicho, se concentrará en el problema ocupacional que tanto afecta a los países mediterráneos.
Pero las nuevas propuestas económicas italianas ¿podrían contribuir a reforzar “un destino europeo común” como dice Renzi? “Una Europa como la de ahora ha creado cada día más opositores. Porque se tiene la impresión de que Europa impone ciertas reglas que hacen que la gente esté peor, no mejor. A mi manera de ver son necesarias algunas modificaciones profundas”, indicó en una entrevista con Página/12 Pietro Valentino, economista e investigador, además de profesor de la Universidad de Roma La Sapienza. De todas maneras, agregó, “en las elecciones europeas de mayo por primera vez se elegirán directamente los miembros de la Comisión Europea (el Poder Ejecutivo de la UE) y esto podría cambiar algunas cosas, sobre todo si los socialistas, como parece y en cuyo grupo se ha inscripto Renzi, obtienen un buen resultado”.
–¿Y esto le facilitaría su trabajo en el semestre de presidencia de la UE?
–En los seis meses de gobierno podría hacer una alianza con franceses, españoles, con la Europa mediterránea en definitiva, para agrandar su margen de maniobra dentro de la UE.
–Hasta ahora, a decir verdad, los ritmos han estado marcados por Alemania, primer país europeo desde el punto de vista económico, aun cuando ahora, según la prensa, el programa del primer ministro italiano fue muy bien recibido por Merkel y los suyos...
–El balance de este viaje europeo de Renzi ha sido positivo desde el punto de vista de los medios de comunicación. Desde el punto de vista de las medidas reales, Francia está completamente de acuerdo, pero Alemania dice que todo es muy lindo pero que hay que ver cómo se aplican. Yo creo que lo más interesante de Renzi es que se está comprometiendo seriamente en una gran operación de tipo keynesiano a breve plazo, es decir para relanzar la demanda, en comparación con las pequeñas decisiones que fueron tomando los gobiernos precedentes. Está decidido a golpear con fuerza y podría obtener resultados.
–Renzi ha basado su plan económico en varias medidas, como el recorte de los costos del mundo político, la reforma del mercado laboral, la eficiencia del sistema institucional, el reequilibrio fiscal, entre otras. ¿Usted cree que serán suficientes para relanzar el país después de la recesión?
–El plan es interesante porque por primera vez se emprende una acción fuerte para aumentar la demanda. Pero de todas maneras el problemas de Italia no es sólo la demanda, sino también la oferta. Si nosotros seguimos produciendo remeras, y el salario en China es cinco veces menor que en Italia, jamás podremos competir con ellos. O producimos otras cosas o lo hacemos con un elevadísimo nivel de productividad, mejorando nuestras maquinarias por ejemplo.
–En definitiva, ¿usted dice que es necesario cambiar la estructura económica de Italia?
–Desde hace veinte años tenemos necesidad de intervenir en la estructura productiva. A la crisis normal se le agrega una crisis por la pérdida de competitividad, no hay suficiente innovación tecnológica.
–¿Esto significa que el plan del primer ministro está incompleto?
–El plan de Renzi es sólo una política a breve plazo y sirve ahora para bloquear el aspecto más grave de la crisis. El Estado debería apoyar la innovación productiva, pero todo esto requiere de tiempo y dinero.
–¿Al menos el plan servirá para dar un poco de aliento a los miles de jóvenes desocupados?
–El programa incluye una reducción de la carga fiscal para las empresas; es decir, que el costo del trabajo para el empresario disminuirá. Un obrero italiano, por ejemplo, que gana mil euros, en realidad le cuesta a la empresa otros mil en calidad de tasas o impuestos. Si esto se reduce, una parte podría ir a parar al bolsillo del obrero y la otra parte podría servir para mejorar la empresa, hacerla más competitiva.
–Sin embargo, desde el punto de vista laboral, los sindicatos critican el plan de Renzi porque dicen que estimula la precariedad del trabajador, sin olvidar que la desocupación en Italia general supera el 11-12 por ciento y la juvenil el 40...
–Sí, los expertos en materia laboral coinciden en decir que el plan estimula la precariedad, porque se permitirá hacer contratos de tres a cinco meses, renovables, pero que no dan ninguna garantía. Claro, los sindicatos, a mi manera de ver, no podrán dar batallas hasta el infinito porque, mal o bien, se creará alguna posibilidad de empleo.
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