Miércoles, 2 de abril de 2014 | Hoy
EL MUNDO › TRAS LA DEBACLE ELECTORAL SOCIALISTA, FRANCIA ESTRENA PRIMER MINISTRO
La prioridad de Valls consiste en la formación del gabinete, tarea que no será fácil para un gobierno que pretende mantener una serie de equilibrios en la izquierda y que ya anticipó tensiones con los sectores verdes y ecologistas.
Manuel Valls asumió ayer como nuevo primer ministro de Francia en una ceremonia realizada en el Palacio de Matignon en París, donde agradeció a su antecesor en el cargo, Jean-Marc Ayrault. En su primer discurso, Valls dijo que al elegirlo para esta función, el presidente François Hollande le trazó “una hoja de ruta para ir más lejos, más rápido y para responder a la demanda de justicia social que las elecciones municipales revelaron”. Con esta frase, el premier aludió al fuerte revés electoral sufrido por los socialistas en particular y por la izquierda en general en los comicios locales. “Somos dos socialistas, dos republicanos y dos patriotas. Usted sirvió al país con estos valores y con sentido del deber. Estoy orgulloso de haber sido su ministro del Interior y honrado por sucederlo”, dijo luego mirando a Ayrault.
“Ahora hay que seguir y continuar el trabajo que comenzó usted hace 22 meses para la recuperación de nuestro país, de nuestra economía, de nuestra industria”, dijo luego al ahora ex premier, a quien le aseguró que debe también sentirse “orgulloso por lo que hizo aquí”. Valls realizó su primer discurso tras reunirse durante veinte minutos en el palacio gubernamental en París con el primer ministro saliente. La tarea prioritaria de Valls consiste ahora en la formación del gabinete, tarea que no será fácil para un gobierno que pretende mantener una serie de equilibrios en la izquierda y que ya anticipó tensiones con los sectores verdes y ecologistas.
Su primera cita en Matignon fue con el presidente de la Asamblea Nacional francesa, el socialista Claude Bartolone, pieza crucial del armado político, ya que Valls deberá ser refrendado como primer ministro por los diputados, a los que además someterá en unas semanas la principal reforma pendiente de Hollande, el llamado “pacto de responsabilidad”, por el que se prevé bajar 30.000 millones de euros de cotizaciones sociales a las empresas y disminuir las cotizaciones de los trabajadores.
Hollande había prometido en enero 50.000 millones de euros de ahorro para 2017, iniciativa cuyos detalles debe precisar este mes a la Comisión Europea. Valls se reunió también con el titular francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, uno de los pesos pesados del Ejecutivo, sobre el que no quedan dudas de que seguirá en el gabinete, como ocurre con el canciller Laurent Fabius o con el ministro de Industria, Arnaud Montebourg.
Entre las múltiples especulaciones, uno de los nombres que más suenan como nueva cara en el gobierno es el de la ex ministra y ex candidata presidencial socialista Segolene Royal, quien fue durante casi 30 años pareja de Hollande, madre de sus cuatro hijos y actual presidenta de la región francesa de Poitou Charentes. Dado que Hollande debe participar a partir de hoy por la tarde en Bruselas en la cumbre Unión Europea-Africa, lo más probable es que el nombre de los ministros del nuevo gobierno francés se anuncie por la mañana.
Con todo, la composición del nuevo gabinete se anunciará antes de un primer consejo de ministros presidido hoy o mañana por Hollande. El jefe de Estado lanzó un mensaje claro a Bruselas, al advertir que Francia no sacrificará el crecimiento en aras de la reducción de su déficit fiscal. “Valls deberá convencer a Europa de que esta contribución de Francia a la competitividad, al crecimiento, debe ser tomada en cuenta en el marco del respeto de nuestros compromisos”, dijo Hollande. “Tengo la convicción de que reforzar la economía francesa es la mejor manera de reorientar a Europa”, subrayó.
El “pacto de estabilidad” europeo, que vincula a los países de la Zona Euro, exige que el déficit de cada miembro no supere el 3 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB). En Francia fue de 4,3 por ciento el año pasado. Francia había prometido pasar por debajo del 3 por ciento en 2013 y luego en 2015, pero ningún ministro francés volvió a aventurarse a mencionar fechas.
La estrategia de Hollande recibe el empuje de la adoptada por sus vecinos italianos, cuyo nuevo jefe de gobierno, Matteo Renzi, fustigó el “pacto de estupidez” europeo y adelantó que quiere sacar a Italia de la austeridad. Renzi dijo que París y Roma deben cambiar juntos a Europa, frente a una Alemania que ya es excedentaria. Francia e Italia tienen en común un elevado desempleo, que alcanza niveles record en el país del sur donde supera el 13 por ciento, pero también muestran incipientes indicios de recuperación, especialmente en la actividad industrial francesa.
La elección de Valls, ex ministro del Interior famoso por su lenguaje directo, corre por otra parte el riesgo de hacer añicos la coalición de socialistas y ecologistas en el poder. Reacios al perfil de “socialista de derecha” de Valls, los verdes advirtieron que no participarían en el gobierno si sus exigencias de un cambio de política no son escuchadas.
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