Desde Brasilia

Con el “conservador” Aécio Neves volverá el neoliberalismo duro, avisó Dilma. En un discurso desprovisto de eufemismos, la candidata a la reelección, Dilma Rousseff, aseguró que su adversario Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), encarna una versión ortodoxa del neoliberalismo equiparable a la que aplicó durante dos mandatos, entre 1995 y 2003, del ex gobernante Fernando Henrique Cardoso.

Dilma escogió Bahía, en el nordeste, como una de las primeras escalas de su maratón de actos hacia el ballottage,luego de haber vencido el domingo pasado el primer turno con el 41,59 por ciento ante el 33,55 de su rival socialdemócrata.

Según una encuesta publicada después de las 20 de ayer por Datafolha, Dilma, del Partido de los Trabajadores, cuenta con el 49 por ciento de las intenciones de voto frente al 51 de su rival Neves de cara al ballottage del 26 de octubre, con un margen de error de dos puntos para más y para menos.

Fue el primer sondeo de Datafolha luego de las previsiones erradas del sábado sobre la votación del domingo, equívoco que repitió la consultora Ibope el sábado y también el domingo, en la consulta realizada en boca de urna. Las imprecisiones de las agencias fueron motivo de críticas y hasta de chanzas como la publicada por el sitio de humor político Piauí, que propuso que los pronósticos se formulen con margen de error de 40 puntos en lugar de los dos puntos actuales.

Entre tanto, la postulante del PT recordó ayer que Neves, el único de los ocho candidatos presidenciales que anticipó el nombre de su ministro de Hacienda, hizo una opción “conservadora” al escoger al economista Arminio Fraga. Uno de los responsables por el ajuste aplicado entre 1999 y 2003, Arminio Fraga fue presidente del Banco Central, empleado del financista George Soros, actualmente asesora al Banco Itaú y fue barajado como candidato a la dirección del FMI en 2011, tras la renuncia del francés Dominique Strauss-Kahn.

En artículos y conferencias ante banqueros brindados este año, Fraga sostuvo que el próximo gobierno deberá realizar un recorte del gasto público y contener el alza de los salarios para bajar la inflación, discurso que moderó desde que Neves anunció que si fuera electo lo pondrá al frente de la cartera económica. Dilma aseguró ayer que “es muy grave que se amenace al salario mínimo, eso es característico en ese señor Fraga... ese señor que fue funcionario de Cardoso, que aparece como eventual ministro de Hacienda, pero no lo será”.

“A él (Fraga) no le gusta el aumento del salario mínimo... ellos creen que tienen que reducirlo para resolver los problemas de Brasil”, prosiguió la presidenta siguiendo la estrategia de denunciar lo que puede venir, tomando como precedente la gestión de Cardoso, quien dejó el gobierno con más del 60 por ciento de reprobación.

Esta semana el ex mandatario y jefe del PSDB Cardoso declaró estar “preocupado” con el tipo de ciudadano de bajos recursos y “desinformado” que vota al PT. Afirmaciones celebradas entre grupos en redes sociales en las que se leen consignas como “mate a un favelado” o se proclama la supresión del sufragio obligatorio para que “dejen de votar los nordestinos”.

Ayer Rousseff recogió el guante de Cardoso al afirmar que él y sus conmilitones profesan una “visión prejuiciosa y elitista, diciendo que mis votos son de los ignorantes y los de ellos son letrados. ¿Saben por qué hablan así? Porque ellos no andan en medio del pueblo”.

“Ellos... los del PSDB ... no le dan importancia a lo que quiera el pueblo... lo descalifican, ellos destilan odio... (pero) el pueblo sabrá luchar por las conquistas logradas en estos doce años” de gobiernos petistas, iniciados con Lula.

Mientras Dilma recorría el nordeste, su principal bastión electoral, y Neves mantenía reuniones en Río de Janeiro, los comandos de campaña del PT y el PSDB seguían los movimientos de la ex candidata Marina Silva, tercera en los comicios del domingo, quien prometió hacer un pronunciamiento sobre la segunda ronda.

La postulante petista aceptó que no espera recibir el apoyo de la dirigente ambientalista, respaldada por el 21 por ciento de los votos el domingo, aunque relativizó la importancia de un eventual apoyo a Neves. Porque, argumentó, si Marina Silva se inclinara por el socialdemócrata esto no significa que sus electores la seguirán, dado que “nadie es dueño es dueño de los votos de las personas... estoy tranquila”.

La guerra electoral brasileña se juega a varias bandas, una de ellas la judicial, donde ayer prestaron declaración Paulo Roberto Costa y Alberto Yousseff, dos acusados de integrar una asociación ilícita que cobró sobornos y lavó millones de dólares de Petrobras. Ambos señalaron que el PT recibía dinero de los sobornos a empresas contratistas y uno de ellos hizo mención indirecta al ex presidente Lula.

Desde la semana pasada las principales cadenas de televisión y periódicos publican casi a diario denuncias de presuntas irregularidades que implican al PT en una secuencia que repite a las semanas previas de las elecciones de 2002, 2006 y 2010, y podría prolongarse hasta el 26 de octubre.

No deja de ser curioso que los medios de mayor audiencia den por ciertas las afirmaciones de Costa y Yousseff, dos reos confesos que buscan reducir sus penas con delaciones premiadas formuladas en el ápice de la campaña electoral. Al parecer las confesiones de los presos animaron a los operadores de la Bolsa de Valores de San Pablo, donde ayer las acciones de Petrobras avanzaron el 1,9 por ciento y las del estatal Banco de Brasil arañaron el 4 por ciento.

Aécio Neves también pareció satisfecho con las declaraciones de los imputados.