Jueves, 13 de noviembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › NETANYAHU APROBó LA CONSTRUCCIóN DE DOSCIENTAS VIVIENDAS EN JERUSALéN ESTE
La continuidad de la colonización, esto es, la construcción de viviendas en los territorios palestinos ocupados por Israel, es uno de los factores de tensión que alientan los enfrentamientos en Jerusalén este de los últimos meses.
Israel aprobó la construcción de doscientos nuevos asentamientos a pesar de las críticas internacionales contra una colonización que contribuye a la actual escalada de tensión con los palestinos. Estados Unidos lamentó ayer la decisión de las autoridades israelíes de aprobar de forma preliminar la edificación de las casas en un barrio judío de Jerusalén este y advirtió que esa medida exacerbará la tensión que se vive en esa ciudad. “Estamos profundamente preocupados por esta decisión, particularmente dada la tensa situación en Jerusalén, y reiteramos la inequívoca y unánime posición de Estados Unidos y otros países de la comunidad internacional que se oponen a las construcciones de ese tipo en Jerusalén este”, dijo la vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki.
La violencia continuó en las últimas horas con el incendio de una mezquita en Cisjordania y el lanzamiento de un cóctel molotov contra una antigua sinagoga en una localidad árabe del norte de Israel. El aumento de la tensión debería centrar las conversaciones que tendrán lugar hoy en Amman entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el rey Abdalá II de Jordania y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. “La situación se volvió explosiva y no podemos esperar más”, dijo el portavoz de la presidencia palestina, Nabil Abu Rudeina. “Hay que desactivar esta situación explosiva”, manifestó en la misma línea el ministro israelí de Finanzas, Yair Lapid.
El recrudecimiento de la violencia hace temer una tercera Intifada, como se conoce a los levantamientos populares palestinos que dejaron miles de muertos desde 1987 a 1993 y desde 2000 a 2005. Tras dos atropellos intencionales, que dejaron seis muertos, entre ellos dos atacantes palestinos, y dos muertes a cuchilladas el lunes en Cisjordania y Tel Aviv, los israelíes desarrollaron de nuevo un sentimiento de inseguridad.
El ayuntamiento, no obstante, aprobó la construcción de dos centenares de edificaciones más en el barrio de colonias de Ramot, en la ocupada y anexionada Jerusalén este, señaló Pepe Alalo, concejero municipal opositor.
La continuidad de la colonización, esto es, la construcción de viviendas en los territorios palestinos ocupados por Israel, es uno de los factores de tensión que alientan los enfrentamientos en Jerusalén este de los últimos meses, junto con las detenciones, las intimidaciones y el desempleo. Al igual que la Ciudad Santa, Cisjordania y las grandes ciudades árabes de Israel también están bajo tensión. En este sentido, el ejército israelí empezó a desplegar refuerzos el lunes en ese territorio palestino.
En la localidad cisjordana de Al Mughayir, cerca de la colonia israelí de Shilo, los palestinos acusaron a los colonos de quemar una mezquita. La planta baja de la construcción estaba completamente calcinada. “No pudimos ni acercarnos de lo virulento que era el fuego”, dijo Faraj Nasan, jefe del Concejo de la localidad. El ataque contra la mezquita se produjo en un contexto de creciente cólera palestina, después de que tropas israelíes mataran anteayer a balazos a un manifestante en el sur de Cisjordania.
La comunidad internacional sigue la evolución de los acontecimientos. “Mi preocupación es inmensa”, dijo en un comunicado Tony Blair, enviado especial del Cuarteto de Medio Oriente (Naciones Unidas, Unión Europea, Estados Unidos y Rusia), quien, antes incluso del anuncio de las nuevas colonias, advirtió que esta iniciativa encendería aún más la situación. Para el rey de Jordania, la continuación de la colonización torpedea todos los esfuerzos para alcanzar la paz. Abdalá II, cuyo país es el guardián de los lugares sagrados para los musulmanes, como la Explanada de las Mezquitas, expresó también su rechazo total a las repetidas agresiones y provocaciones israelíes, tras recibir al presidente palestino. Para los palestinos, el estatus de la Explanada de las Mezquitas, controlada por Israel y lugar venerado también por los judíos, es una línea roja. Palestinos y jordanos temen que Israel, a pesar de los desmentidos oficiales, intente modificar el statu quo en vigor, que prohíbe a los judíos rezar allí. Las perspectivas de reanudación de los esfuerzos para tratar de resolver este conflicto de más de sesenta años parecen cada vez más lejanos.
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