Sábado, 15 de noviembre de 2014 | Hoy
EL MUNDO › DURO INFORME DE LA COMISION DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS
Presidida por el jurista brasileño Paulo Pinheiro, la comisión puso de relieve los crímenes atroces del Estado Islámico y alerta que “su capacidad militar ha aumentado”, con una movilización más rápida y una potencia de fuego mayor.
El Estado Islámico (EI) comete crímenes de guerra y contra la humanidad con diversos actos para la exterminación de minorías étnicas, ejerce violencia sexual contra las mujeres y recluta y adoctrina niños, según la ONU. Estos crímenes fueron denunciados por la comisión de la ONU que investiga las violaciones de los derechos humanos en el conflicto armado de Siria, que compiló por primera vez las evidencias de la situación de los civiles en los territorios donde actúa el grupo jihadista.
Se trata de un informe que podría ser la base para un eventual procesamiento de los responsables por la Justicia internacional y que se basa en más de 300 entrevistas con hombres, mujeres y niños que vivieron o viven en áreas bajo control del EI.
Presidida por el jurista brasileño Paulo Pinheiro, la comisión puso de relieve los crímenes atroces de los jihadistas y alerta que “su capacidad militar ha aumentado”, con una movilización más rápida y una potencia de fuego mayor que les permite sorprender a sus oponentes y asegurarse la superioridad. “Los delitos, abusos y violaciones cometidos por el EI fueron deliberados y calculados”, según el comunicado de la comisión.
En las zonas en las que logró imponer su autoridad, las detenciones arbitrarias, torturas, ejecuciones, castigos corporales públicos –incluidas mutilaciones– y otros tipos de abusos son cotidianos, según la comisión. “El Estado Islámico realiza amputaciones y da latigazos a personas en espacios públicos. A los hombres se les amputan las manos por supuestos robos, y los dedos por fumar. Los hombres también pueden ser sometidos a latigazos por estar acompañados de una mujer que no consideran vestida apropiadamente”, entre otras situaciones que dan lugar a castigos, según Naciones Unidas.
De las entrevistas que efectuaron los comisionados de la ONU se supo también que “siempre” hay cabezas y cuerpos exhibidos en plazas y rotondas a modo de advertencia para el resto de la población. La comisión de la ONU para Siria, presidida por Pinheiro y que completan los juristas Karen Abu Zayd (estadounidense), Carla del Ponte (suiza) y Vitit Muntarbhorn (tailandés), consideró que “someter a las personas a mutilaciones, desfigurarlas permanentemente o dejarlas discapacitadas, quitándoles alguna extremidad son casos de crímenes de guerra”.
En el caso de las minorías étnicas, el EI se ensañó con yazidíes y kurdos, que tradicionalmente han vivido en el norte de Siria y a los que ha obligado a desplazarse con ataques deliberados en su contra.
“Como consecuencia de las acciones del Estado Islámico, que van contra las normas internacionales humanitarias y constituyen un crimen de guerra por desplazamiento de civiles, la demografía del nordeste de Siria ha sido alterada”, señalaron los juristas.
Con respecto a los niños, éstos son víctimas y testigos de los abusos cometidos por el grupo radical islamista. El Estado Islámico está especialmente interesado en lograr “una nueva generación de reclutas”, por lo que en Raqqa, la principal ciudad en sus manos, se muestra a niños videos de ejecuciones masivas de soldados del ejército, con el fin de insensibilizarlos ante la violencia extrema. “Existe una pauta manifiesta de actos violentos dirigidos contra ciertos grupos –principalmente cristianos, chiítas y kurdos–, con la intención de reducir y controlar su presencia en las áreas del EI, subrayó Muntarbhorn.
En este sentido, desde la comisión recomendaron que se inicien mecanismos de rendición de cuentas a nivel internacional, incluido el Tribunal Penal Internacional (TPI), para que los comandantes del EI sean procesados por su responsabilidad. Por último defendieron la necesidad de un proceso político para evitar que el extremismo siga propagándose en Siria y se pueda encontrar una solución sostenible. “La comunidad internacional y el gobierno sirio deben entablar este proceso sin demora”, pidió Abu Zayd.
Pero la ONU no es la primera organización en denunciar el accionar del EI. Según la ONG Human Rights Watch (HRW), el EI viene maltratando y torturando a niños que secuestró en la ciudad siria de Kobani, de acuerdo con el informe que presentó a principios de noviembre. Cuatro niños explicaron a esta organización los sufrimientos que soportaron durante su reclusión de cuatro meses, junto a otros 150 menores. Los menores, de 14 a 16 años, habían sido secuestrados el 29 de mayo de 2014, cuando se dirigían hacia su casa en Kobani.
EI, conocido anteriormente como Estado Islámico de Irak y el Levante, centraba sus operaciones en Siria, pero en junio pasado atacó los territorios del norte y el oeste de Irak, donde se le unieron extremistas sunnitas, ex militares del ejército de Saddam Hussein y pequeños grupos terroristas. Ese mismo mes, el EI proclamó un califato que se extiende desde Alepo, en el norte de Siria, hasta la provincia de Diyala, en el este de Irak.
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